lunes, 5 de junio de 2023

#1914 - junio 5, 2023

 5 JUNIO

Lunes

9a Semana Ordinario

Bonifacio

(754)

Tb 1,3;2,1-9: Tobías temía a Dios más que al rey

Sal 112: «Dichoso quien teme al Señor»

Mc12,1-12: Agarraron al hijo querido y lo mataron

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablarles en parábolas a los sacerdotes, escribas y ancianos: Un hombre plantó una viña, la rodeó con una tapia, cavó un lagar y construyó una torre; se la arrendó a unos viñadores y se marchó. ?A su debido tiempo, envió un sirviente a los viñadores para cobrar su parte del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. "Les envió un segundo sirviente; y ellos lo maltrataron y lo injuriaron. Envió un tercero, y lo mataron; y a otros muchos: a unos los apalearon, a otros los mataron. °Le quedaba uno, su hijo querido, y lo envió en último término, pensando que respetarían a su hijo. ?Pero los viñadores se dijeron: Es el heredero. Lo matamos y la herencia será nuestra. &Así que lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. Ahora bien, ¿qué hará el dueño de la viña? Irá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros. ¿No han leído aquel texto de la Escritura: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular; es el Señor quien li ha hecho y nos parece un milagro? Intentaron arrestarlo, porque comprendieron que la parábola era para ellos. Pero, como tenían miedo a la gente, lo dejaron y se fueron.

Reflexión: Hemos visto y también sentido en nuestros cuerpos el dolor una América Latina que llora por hijos e hijas. Las malas decisiones políticas y económicas producen inequidad, provocando hambre, miseria, enfermedad, inseguridad, abandono; todo esto empuja a la mendicidad (conformarse con migajas) o a migrar buscando una vida mejor afuera. Hoy el Evangelio nos recuerda que en estas víctimas encontramos el rostro de Dios que llora por la vida sacrificada injustamente. Estas voces silenciadas se elevan hasta el cielo como las de aquellos profetas de Israel y también nos reclaman la indiferencia y la falta de compromiso. La invitación para nuestras comunidades de fe es a sensibilizarnos e involucrarnos en procesos formativos que nos permitan ser personas cuidadoras de la viña que se nos ha encomendado, porque sin querer alimentamos el sistema que nos empobrece, enferma y asesina.

"No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y al mismo tiempo otros solo miran como su vida pasa y se acaba miserablemente" (GE 101).

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