Hoy celebra nuestra Iglesia la Vigilia de la Natividad del Señor. En Puerto Rico le llamamos la Misa del Gallo pues es en las primeras horas del día 25 cuando con el cantar de los gallos, anunciando la aurora, que cada comunidad parroquial se abraza en el gozo del nacimiento del Niño-Dios. Es esta una noche de unión familiar y de manifestar la alegría del Niño en la alegría de los niños que representandolo en el pesebre reciben sus regalos. Pero el mejor de los regalos no es aquel que tiene un precio monetario, sino el que expresa el valor del amor incondicional por el otro. Por eso es grande el testimonio de un hombre iraqui que ante la separación de algunos de sus familiares por causa de la guerra celebrará de todos modos la Navidad porque como él dice "no hemos perdido a Jesús, Él está en nuestro corazón y estaremos orando en esta celebración”.
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