En su Exhortación Apostólica postsinodal Christifideles laici de 1987, “Sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”, San Juan Pablo II escribe como si estuviera hablándonos en el momento que actualmente estamos viviendo en el mundo y en la Iglesia.
Una comunión orgánica: diversidad y complementariedad (Cont.)
Leemos… en la constitución Lumen Gentium: «Para que nos
renovásemos continuamente en El (Cristo) (cf. Ef 4,23), nos ha dado su
Espíritu, el cual, único e idéntico en la Cabeza y en los miembros, da vida,
unidad y movimiento a todo el cuerpo…» … «El Espíritu habita en la Iglesia y en
los corazones de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos
ora y da testimonio de la adopción filial (Cf. Ga 4,6; Rm 8, 15-16.26) El guía
la Iglesia hacia la completa verdad (Cf. Jn 16, 13), la unifica en la comunión
y en el servicio, la instruye y dirige con diversos dones jerárquicos y carismáticos,
la embellece con sus frutos (Cf. Ef 4, 11-12; 1 Co 12,4; Ga 5,22). Hace
rejuvenecer la Iglesia con la fuerza del Evangelio, la renueva constantemente y
la conduce a la perfecta unión con su Esposo.
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