lunes, 30 de marzo de 2020

#784 - Amoris Laetitia 3



Tus hijos como brote de olivos

14. retomemos el canto del salmista. Allí aparece, dentro de la casa donde el hombre y su mujer están sentados a la mesa, los hijos que los acompañan «como brotes de olivo» (Sal 128,3)

15. Bajo esta luz podemos recoger otra dimensión de la familia. Sabemos que en el Nuevo Testamento se habla de « la iglesia que se reúne en la casa» (1 Co 16,19; Rm 16,5; Col 4,15; Fim 2). El espacio vital de una familia se podría transformar en iglesia doméstica, en sede de la Eucaristía, de la presencia de Cristo sentado a la misma mesa. Es inolvidable la escena pintada en el Apocalipsis: “Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entrare y comeremos juntos» (3,20). Así se delinea una casa que lleva en su interior la presencia de Dios, la oración común y, por tanto, la bendición del Señor. 

16. …un Salmo exalta el anuncio familiar de la fe: Lo que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron, no lo ocultaremos a sus hijos, lo contaremos a la futura generación: las alabanzas del Señor, su poder, las maravillas que realizó. Porque el estableció una norma para Jacob, dio una ley a Israel: el mando a nuestros padres que lo enseñaran a sus hijos, para que lo supiera la generación siguiente y los hijos que nacieran después (Sal 78,3-6) que los hijos no son propiedad de la familia, sino que tienen por delante su propio camino de vida. Si es verdad que Jesús se presenta como modelo de obediencia a sus padres terrenos, sometiéndose a ellos (Lc 2, 51), también es cierto que el muestra que la elección de vida del hijo y su misma vocación cristiana pueden exigir separación para cumplir con su propia entrega al Reino de Dios (Mt 10, 34-37; Lc 9, 59-62).

¿De quién o quienes heredaste la fe católica? Lee de quien la heredó Timoteo (2 Tm 1,4-5)

 ¿Cuánta libertad a dado a tus hijos para que elijan su vocación de vida? ¿Cuánta libertad de dieron tus padres?

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