Ante los acontecimientos presentes que vive nuestro país comienza un verdadero reverdecer de nuestros valores y nuestro compromiso con Puerto Rico.
Las fuerzas vivas del puertorriqueño se están manifestando a diario indignados por quienes nos gobiernan y sus comportamientos. Unámonos a su esfuerzo y dedicación de manera que juntos podamos reconstruir a Puerto Rico, materialmente, pero mas que nada moral y espiritualmente.
Recordemos en primer lugar que somos, sin duda que valga, una nación entre las naciones del mundo y eso tenemos que defenderlo en todo momento y lugar si no queremos desaparecer como pueblo.
Y recordemos también que fuimos la primera semilla de cristiandad en el llamado Nuevo Mundo. Esta herencia tampoco podemos dejar que muera.
Nuestro reto es inmenso pero posible. El primer paso es poner a Puerto Rico, nuestra Madre Patria por encima de cualquier ideal que no sea el de alcanzar nuestra soberanía política y el Bien Común para nuestra nación. Para ello tienes que sentirte puertorriqueño y estar orgulloso de serlo. No somos menos que otros pueblos o naciones. Hay que romper con los paradigmas del pasado y comenzar un nuevo camino. Nadie puede hacerlo por ti o por nosotros.
!Despierta borinqueño, que han dado la señal!
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