lunes, 15 de mayo de 2017

#147 - La Doctrina Social de la Iglesia Católica nos llama a ser responsables con nuestra participación política. Por esto, la Conferencia Episcopal Puertorriqueña hizo un pronunciamiento contundente a raíz de las pasadas elecciones del país en 2016. Una declaración que podría también servir de guía para otros países que están sufriendo situaciones de crisis similares.

En el documento "Puerto Rico:hora de fe y esperanza" nos dicen, entre otras cosas, los Obispos de Puerto Rico;

1- "Toda la estructura del modelo político y económico en el que se ha basado nuestro desarrollo en       las pasadas décadas ha perdido su legitimidad y su eficacia para atender las necesidades personales     y colectivas del pueblo puertorriqueño".

    "...el gobierno que constituirán los candidatos electos, estará bajo la autoridad de una Junta de              Control Fiscal establecida por el Congreso y nombrada por el Presidente de los Estados Unidos,          reflejo de nuestra cruda condición colonial. Esta situación exige un rechazo inequívoco y su                superación es una tarea ineludible".

2- "No podemos olvidar las causas que nos han llevado a esta coyuntura histórica: un endeudamiento      del país, sin precedentes, como resultado de políticas administrativas erróneas y arropadas de              presupuestos desbalanceados, préstamos sin fuentes de repago, corrupción e inversionismo                  electoral".

3 - "Como Pastores del Pueblo de Dios estamos llamados al anuncio profético de la esperanza ante           estas circunstancias y, al mismo tiempo, a la denuncia de aquellos factores que atentan contra la           dignidad humana y contra nuestra tradición e identidad como pueblo cristiano".

4 - "Ha llegado la hora de decir no al colonialismo histórico que se ha acompañado de leyes injustas          como las de cabotaje, la demagogia partidista, la mentira y el oportunismo de muchos líderes e            inversionistas".

5 - " Necesitamos líderes que estén a la altura de los tiempos, no sólo que tengan títulos académicos,         sino también sensibilidad y respeto por los que sufren los graves problemas de salud, educación,         desempleo, violencia y pobreza, entre otros. También, capacidad de diálogo y de consensos                 .,.Urgimos a los líderes del país, y de Estados Unidos, a dar los pasos necesarios para terminar            con esta situación colonial en forma seria y responsable, respetando el derecho internacional de          los pueblos, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas."

16 - " Hoy, más que nunca, es necesario velar por la eficacia y la eficiencia de las instituciones                  gubernamentales y por el uso adecuado de los recursos públicos en un balance entre las                        necesidades actuales de los ciudadanos y los proyectos que garantizan nuestro desarrollo hacia el       futuro... ¡Basta de políticas económicas basadas en contribuciones e impuestos que recaen,                   mayormente, en la clase media y en los menos afortunados!"

18. " En este proceso hace falta un esfuerzo común para replantearnos nuestra identidad de pueblo,           como fuente de solución. “La conciencia de identidad, libre de complejos de superioridad, es               esencial para organizar una comunidad nacional basada en su patrimonio humano, social, político,       económico y religioso, para inspirar a la sociedad y la cultura, manteniéndolas fiel a la tradición         y, al mismo tiempo, abiertas a la renovación y al futuro.”

22. " En este llamado a la refundación de la Patria resuenan las palabras del Papa Francisco, entonces       Cardenal Jorge Mario Bergoglio, cuando plantea la necesidad de tener “un diálogo maduro, de             reconciliación, de generar espacios de encuentro, de mirar juntos a una misma dirección y                   recuperar la esperanza”.26 El bien común de nuestro pueblo lo requiere. Además, nosotros, los           puertorriqueños y puertorriqueñas, estamos muy divididos y polarizados; no estamos unidos;               estamos estancados. Nuestra unidad es necesaria si queremos progresar; si queremos eliminar las        desigualdades entre nosotros y nosotras y convivir con nuestros distintos pareceres en un espíritu        de respeto mutuo, amor y misericordia. En este sentido, el esfuerzo por refundar nuestra Patria            puede convertirse en un proyecto para crear esa unidad tan necesaria y anhelada entre todos y              todas los boricuas. Debemos iniciar este proceso partiendo de nuestra identidad, cultura y raíces          cristianas; de la herencia taína, africana, española y nuestra tradición latina. También, destacando        aquello bueno de la relación con Estados Unidos como es: la libertad religiosa, la democracia, las        libertades individuales y su tradición educativa. Es una refundación en que Dios sea el principal          alfarero y moldee a nuestra patria para que sea vasija que acoja a todos sus hijos e hijas y les dé          progreso, bienestar, seguridad y salud en condición de igualdad, justicia y dignidad.


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