De la profecía de Ezequiel
“Esto dice el Señor Dios:
«También yo había escogido una rama de la cima del alto cedro y la había plantado; de las más altas y jóvenes ramas arrancaré una tierna y la plantaré en la cumbre de un monte elevado; la plantaré en una montaña alta de Israel, echará brotes y dará fruto.
Se hará un cedro magnífico.
Aves de todas clases anidarán en él, anidarán al abrigo de sus ramas.
Y reconocerán todos los árboles del campo que yo soy el Señor, que humillo al árbol elevado y exalto al humilde, hago secarse el árbol verde y florecer el árbol seco.
Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré».”
(Jesús es ese vástago y el árbol es Su Iglesia, Su Cuerpo. Demos gracias al Señor porque somos parte de ese pueblo que El se escogió para reinar con El para siempre. Permanezcamos pues, siempre unidos a esa Vid.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario