Seguimos con el Sermón del monte
a. Actitud
ante la Ley de Moisés (Mt 5, 17-48)
17 No
penséis que yo he venido a anular la ley de Moisés o las enseñanzas de los
profetas. No he venido a anularlas, sino a darles su verdadero significado.
18 Y
os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la ley no perderá ni un
punto ni una coma de su valor. Todo se cumplirá cabalmente.
19 Por
eso, aquel que quebrante una de las disposiciones de la ley, aunque sea la
menos importante, y enseñe a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en
el reino de los cielos. En cambio, el que las cumpla y enseñe a otros a
cumplirlas, ese será considerado grande en el reino de los cielos.
20 Y
os digo esto: Si vosotros no cumplís la voluntad de Dios mejor que los maestros
de la ley y que los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
(Lc12,57-59)
Sobre la ofensa y la reconciliación
21 Ya
sabéis que se dijo a los antepasados: No mates; el que mate, será llevado a
juicio.
22 Pero
yo os digo: El que se enemiste con su hermano, será llevado a juicio; el que lo
insulte será llevado ante el Consejo Supremo, y el que lo injurie gravemente se
hará merecedor del fuego de la gehena.
23 Por
tanto, si en el momento de ir a presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas
de que tu hermano tiene algo en contra de ti,
24 deja
tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a reconciliarte con tu
hermano. Luego regresa y presenta tu ofrenda.
25 Ponte
de acuerdo con tu adversario sin demora mientras estás a tiempo de hacerlo, no
sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez a los guardias, y vayas a
dar con tus huesos en la cárcel.
26 Te
aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo de tu deuda.
(Mc9,43.47)
Sobre el adulterio y las ocasiones de pecado
27 Sabéis
que se dijo: No cometas adulterio.
28 Pero
yo os digo: El que mira con malos deseos a la mujer de otro, ya está
adulterando con ella en el fondo de su corazón.
29 Así
que, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo lejos
de ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la
gehena.
30 Y
si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de
ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la
gehena.
(Mc10,4.11-12;Lc16,18)
Sobre el divorcio
31 También
se dijo: El que se separe de su mujer, debe darle un acta de divorcio.
32 Pero
yo os digo que todo aquel que se separa de su mujer (salvo en caso de
inmoralidad sexual), la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa
con una mujer separada también comete adulterio.
Sobre el juramento
33 Igualmente
sabéis que se dijo a nuestros antepasados: No jures en falso, sino cumple lo
que prometiste al Señor con juramento.
34 Pero
yo os digo: No jures en manera alguna. No jures por el cielo, porque es el
trono de Dios;
35 ni
por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la
ciudad del gran Rey.
36 Ni
siquiera jures por tu propia cabeza, porque no está en tu mano hacer blanco o
negro ni uno solo de tus cabellos.
37 Decid
simplemente: “sí” o “no”; todo lo que se diga de más, procede del maligno.
(Lc6,28-29)
Sobre la venganza
38 Sabéis
que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
39 Pero
yo os digo: No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Al
contrario, si alguno te abofetea en una mejilla, preséntale también la otra.
40 Y
al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, cédele el manto.
41 Y
si alguno te fuerza a llevar una carga a lo largo de una milla, llévasela
durante dos.
42 A
quien te pida algo, dáselo; y a quien te ruegue que le hagas un préstamo, no le
vuelvas la espalda.
(Lc6,27-28.32-36)
El amor a los
enemigos
43 Sabéis
que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.
44 Pero
yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.
45 Así
seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues él
hace que el sol salga sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos e
injustos.
46 Porque
si solamente amáis a los que os aman, ¿qué recompensa podéis esperar? ¡Eso lo
hacen también los recaudadores de impuestos!
47 Y
si saludáis únicamente a los que os tratan bien, ¿qué hacéis de extraordinario?
¡Eso lo hacen también los paganos!
48 Vosotros tenéis que
ser perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial.