En su Exhortación Apostólica postsinodal Christifideles laici de 1987, “Sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”, San Juan Pablo II escribe como si estuviera hablándonos en el momento que actualmente estamos viviendo en el mundo y en la Iglesia.
La Parroquia (Cont.)
Ciertamente es inmensa la tarea que ha
de realizar al Iglesia en nuestros días; y para llevarla a cabo no basta la parroquia
sola…son necesarios muchos lugares y formas de presencia y de acción, para
poder llevar la palabra y la gracia del Evangelio a las múltiples y variadas
condiciones de vida de los hombres de hoy. Igualmente, otras muchas funciones
de irradiación religiosa y de apostolado de ambiente en el campo cultural,
social, educativo, profesional, etc., no pueden tener como centro o punto de
partida la parroquia.
… los padres sinodales han considerado
atentamente la situación actual de muchas parroquias, solicitando una decidida
renovación de las mismas: «Muchas parroquias… no pueden funcionar con plenitud
efectiva debido a la falta de materiales o de ministros ordenados, o también a
causa de la excesiva extensión geográfica y por la condición especial de
algunos cristianos (como, por ejemplo, los exiliados y los emigrantes). Para
que todas estas parroquias sean verdaderamente comunidades cristianas, las
autoridades locales deben favorecer: a) la adaptación de las estructuras parroquiales
con la amplia flexibilidad que concede el Derecho canónico, sobre todo
promoviendo la participación de los laicos en las responsabilidades pastorales;
b) las pequeñas comunidades eclesiales de base, también llamadas comunidades
vivas, donde los fieles pueden comunicarse mutuamente la Palabra de dios y
manifestarse en el reciproco servicio y en el amor…para la renovación de la
parroquias y para asegurar mejor su eficacia operativa, también se deben
favorecer formas institucionales de cooperación entre las diversas parroquias
de un mismo territorio.
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