En su Exhortación Apostólica postsinodal Christifideles laici de 1987, “Sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”, San Juan Pablo II escribe como si estuviera hablándonos en el momento que actualmente estamos viviendo en el mundo y en la Iglesia.
LLAMADOS A LA SANTIDAD(Cont.)
La vida según el Espíritu, cuyo fruto es la santificación (cf. Rm
6,22; Ga 5, 22), suscita y exige de todos y de cada uno de los bautizados el
seguimiento y la imitación de Jesucristo, en la recepción de sus Bienaventuranzas,
en el escuchar y meditar la Palabra de Dios, en la participación consciente y
activa en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia, en la oración
individual,, familiar y comunitaria, en el hambre y sed de justicia, en el
llevar a la practica el mandamiento del amor en todas las circunstancias de la
vida y en el servicio a los hermanos, especialmente si se trata de los más pequeños,
de los pobres y de los que sufren.
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