En su Exhortación Apostólica postsinodal Christifideles laici de 1987, “Sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”, San Juan Pablo II escribe como si estuviera hablándonos en el momento que actualmente estamos viviendo en el mundo y en la Iglesia.
LLAMADOS A LA SANTIDAD
16, La dignidad de los fieles laicos se nos revela en plenitud
cuando consideramos esa primera y fundamental vocacion, que el Padre dirige a todos
ellos en Jesucristo por medio del Espíritu: la vocación a la santidad, o sea a
la perfección de la caridad. El santo es el testimonio más esplendido de la
dignidad conferida al discípulo de Cristo.
… esta llamada ha sido la consigna fundamental confiada a todos
los hijos e hijas de la Iglesia, por un Concilio… no es una simple exhortación
moral, sino una insuprimible exigencia del misterio de la iglesia. Ella es la
Vida elegida, por medio de la cual los sarmientos viven y crecen con la misma
linfa santa y santificante de Cristo; es el Cuerpo místico, cuyos miembros
participan de la misma vida de santidad de su Cabeza, que es Cristo; es la
Esposa amada del Señor Jesús, por quien Él se ha entregado para santificarla
(cf. Ef 5, 25 ss.). El Espíritu que santifico la naturaleza humana de Jesús en
el seno virginal de María (cf. Lc 1,35), es el mismo Espíritu que vive y obra
en la Iglesia, con el fin de comunicarle la santidad del Hijo de Dios hecho
hombre.
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