viernes, 8 de octubre de 2021

#1336 - Proceso Sinodal

 


Comienza en Roma este sábado 9 el proceso de envió y preparacion para el Sínodo de Obispos que tratara en 2023 sobre la sinodalidad de la Iglesia Católica tal cual lo ha pedido nuestro papa Francisco.

Les comparto la presentación que nos hizo el padre Omar en los Encuentros de Animación pastoral de nuestra Diócesis de Ponce, PR, donde se van definiendo los términos del Sínodo.


Iglesia sinodal

P. Omar ppsm

Aguirre, Puerto Rico

 

XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

“POR UNA IGLESIA SINODAL:

COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN Y MISIÓN”

 


Objetivo

 

Consultar al Pueblo de Dios para que el proceso sinodal se realice en la escucha a la totalidad de

los bautizados: sujeto del sensus fidei infalible in credendo.

 

“Asumiendo la perspectiva eclesiológica del Vaticano II, el Papa Francisco describe la

imagen de una Iglesia sinodal como “una pirámide invertida” que integra al pueblo de Dios, al Colegio Episcopal y en él, con su específico ministerio de unidad, el Sucesor de Pedro (Comisión Teológica Internacional, 2018, 57).”






 El significado del término griego “sínodo” es equivalente al de la palabra latina “concilium”.

Los términos se han conservado en el ámbito religioso cristiano, tanto católico como protestante, aunque con matices distintos en las distintas tradiciones.

En la Iglesia Católica, la distinción entre el significado de “sínodo” y “concilio” es muy reciente. Todavía en el Vaticano II se usan como términos equivalentes (CTI, 2018, 4).

 

Profundización de la eclesiología de Vaticano II

En la bibliografía teológica, canónica y pastoral recientes la sinodalidad se presenta como una dimensión constitutiva de la Iglesia, que profundiza la obra renovadora del Concilio Vaticano II y

que responde al corazón de su eclesiología.

Se está dando una ampliación del ejercicio de la sinodalidad, buscando medios para incorporar a todo el Pueblo de Dios en los procesos sinodales de discernimiento pastoral: participación, escucha activa.

”…la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio (Francisco, 17 de oct de 2015, 50 aniversario del Sínodo de los Obispos).”

Una Iglesia sinodal es una comunidad eclesial participativa, en la que todas y todos son actores, con papeles y contribuciones diversificadas, conforme a la diversidad de carismas y ministerios eclesiales.

Se busca la unidad, celebrando la diversidad de dones, espiritualidades, carismas, ministerios. La Iglesia sinodal es rica en ministerios.

 

Colegialidad y sinodalidad

Hoy vemos una ampliación de la sinodalidad que, sin detrimento del papel singular del colegio episcopal, incluye en el discernimiento a todo el Pueblo de Dios.

La sinodalidad no contradice la colegialidad episcopal. Son aspectos complementarios del misterio de la Iglesia: “La dimensión sinodal de la Iglesia expresa el carácter de sujeto activo de todos los bautizados y al mismo tiempo el rol específico del ministerio episcopal en comunión… con el Obispo de Roma (CTI, 2018, 64).”

 

Principio jerárquico

La Iglesia se confiesa como una comunidad (εκκλησια - ecclesia) reunida por la fe en Jesucristo y la acción del Espíritu Santo (del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo). Pero es una comunidad

integrada por hombres y mujeres de carne y hueso, que requiere una organización visible y estructurada.

Para el servicio de la unidad de la Iglesia, en su fe y en su misión, existe el ministerio ordenado (principio jerárquico o jerodúlico), particularmente el ministerio episcopal (Cap III de la LG).

“Para apacentar el Pueblo de Dios y acrecentarlo siempre, Cristo… instituyó en su Iglesia diversos ministerios, ordenados al bien de todo el Cuerpo. Pues los ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos pertenecen al

Pueblo de Dios y gozan, por tanto, de la verdadera dignidad cristiana, tendiendo libre y ordenadamente a un mismo fin, alcancen la salvación.

Este santo Sínodo… enseña… que Jesucristo… edificó la santa Iglesia enviando a sus Apóstoles lo mismo que Él fue enviado por el Padre…, y  quiso que los sucesores de aquéllos, los Obispos, fuesen los pastores en su Iglesia hasta la consumación de los siglos… para que el Episcopado

fuese uno… puso al frente de los demás apóstoles al bienaventurado Pedro… (LG 18).”

 

 Principio sinodal

Junto al principio jerárquico y en reciprocidad con él también existe en la Iglesia un principio sinodal, que tiene su fundamento en el bautismo.

El principio sinodal destaca la igualdad fundamental y la corresponsabilidad de todos los miembros de la Iglesia en su obra evangelizadora.

 

Sentido de la fe (Sensus fidei)

“…La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo… no puede equivocarse cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando «desde los Obispos hasta los últimos fieles laicos» presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres. Con este sentido de la fe, que el

Espíritu de verdad suscita y mantiene, el Pueblo de Dios se adhiere indefectiblemente «a la fe confiada de una vez para siempre a los santos» …, penetra más profundamente en ella con juicio certero y le da más plena aplicación en la vida, guiado en todo por el sagrado Magisterio, sometiéndose al cual no acepta ya una palabra de hombres, sino la verdadera palabra de Dios...

(LG 12)”

El fundamento del sentido de la fe es el don del Espíritu Santo, recibido por cada uno de los fieles en el bautismo y la confirmación.

El sentido de la fe no significa que cada uno sea infalible en sus convicciones individuales, separado del resto de la Iglesia.

Es una especie de instinto sobrenatural o conocimiento intuitivo que mueve al creyente a reconocer y acoger la verdadera doctrina, recibida en el seno de la comunidad eclesial y bajo la

guía de los legítimos pastores.

De ahí la importancia de escuchar a toda la Iglesia en el discernimiento teológico y pastoral.

Todos deben estar representados y escuchados

Aunque la sinodalidad puede sonar a innovación, es preciso señalar que la participación de los fieles en la toma de decisiones en la Iglesia tiene raíces históricas profundas, partiendo de la propia “asamblea de Jerusalén” (con todas las cautelas históricas que requiere la lectura de Hechos).

Los canonistas medievales (siglos XII y XIII) convirtieron la máxima quod omnes tangit ab omnibus tractari et apporbari debet en un principio general.

 

En un concilio general para discutir cuestiones de fe todos debían estar representados y escuchados.

Por lo tanto, aunque el colegio episcopal, en comunión con su cabeza y nunca sin ella, tiene el magisterio normativo, todos los fieles somos miembros activos de la Iglesia y corresponsables de su misión porque a todos se nos ha dado la ilustración del Espíritu Santo.

La participación de los fieles en el discernimiento doctrinal y práctico requiere nuevas estructuras de participación, de tal manera que toda la Iglesia pueda caminar conjuntamente al servicio del Reino.

La Asamblea Eclesial para América Latina y la inédita metodología del Sínodo son experimentos para encontrar estos nuevos caminos, a los que, en fidelidad al Evangelio, nos convoca el Papa Francisco.

 

Conversión sinodal, un signo de esperanza

Vivimos tiempos difíciles en la Iglesia (escándalos, secularización, civilización postcristiana, alejamiento de la fe de muchos jóvenes…)

Pero también vivimos un momento intenso de llamada a la conversión eclesial con vientos primaverales.

El Papa Francisco quiere realizar una reforma de la Iglesia (Semper reformanda) en clave sinodal: una Iglesia en salida, una Iglesia que potencia la participación y vocación del laicado (sin desmerecer el ministerio ordenado y la vida consagrada), una Iglesia que escucha a todos sus miembros y que también escucha los clamores de los pobres, al servicio de la fraternidad

universal.

El proceso sinodal pleno solo existirá verdaderamente si se implican en él las Iglesias particulares. Y solo puede existir una auténtica implicación de las Iglesias particulares si también participan los organismos intermedios de sinodalidad, es decir, los Sínodos de las Iglesias orientales católicas, los Consejos y Asambleas de las Iglesias sui iuris y las Conferencias Episcopales, con sus expresiones nacionales, regionales y continentales.

 

Oración por el Sínodo

Padre de bondad, que conduces a tu Iglesia que peregrina por el mundo inspirándola para realizar un camino sinodal donde la escucha sea centro del diálogo.

Te suplicamos nos asistas con la luz de tu Espíritu Santo en este tiempo de preparación del

Sínodo. Que, ante los desafíos presentes y futuros, podamos reavivar nuestro compromiso

como discípulos misioneros, para que tengamos vida en Jesucristo encontrando en Él la

alegría, la paz y la esperanza que no defrauda.

Que, a través de la escucha, el diálogo y el encuentro seamos valientes para fomentar la

comunión, participación y misión de la Iglesia. Que Santa María virgen y los santos

apóstoles nos animen a redescubrir los orígenes de la Iglesia. Por Jesucristo Nuestro

Señor. Amén.

Amén.

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