“Teología moral fundamental”
José Román Flecha Andrés
1994
Capitulo IX: El papel de la conciencia en el juicio moral
4.
Un espacio para la utopía
a) … la conciencia moral cristiana tal vez no debería
volverse solamente al pasado en busca de un primigenio paradigma normativo, es
decir, hacia la culminación definitiva del proyecto del reino que Dios pretende
realizar en el mundo y en la historia. La creación tiene un dinamismo
teleológico que, desde la fe, se entiende como «providencia».
El mundo está en devenir. Y la creación es normativa no tanto por lo que es
como por lo que invita y está llamada a ser. En esa perspectiva futurista, el
hombre – y las sociedades – nunca debería adormecerse en su «buena
conciencia»
acomodada y tranquila. El hombre y las sociedades nunca podrán afirmar haber
realizado plenamente el bien proyectado por Dios.
La conciencia es entonces prospectiva y se coloca en la
línea utópica de la itinerancia exodal. La conciencia ha de responder a la
pregunta: ¿Qué tipo de mundo quiere Dios? ¿Qué tipo de hombre queremos
conseguir de acuerdo con su voluntad, revelada en Jesucristo? Y, por tanto, ¿Qué
deberíamos hacer aquí y ahora?».
La buena conciencia es siempre un proceso de conquista.
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