Comienza en Roma este sábado 9 el proceso de envió y preparacion para el Sínodo de Obispos que tratara en 2023 sobre la sinodalidad de la Iglesia Católica tal cual lo ha pedido nuestro papa Francisco.
Les comparto la presentación que nos hizo el padre Omar en los Encuentros de Animación pastoral de nuestra Diócesis de Ponce, PR, donde se van definiendo los términos del Sínodo.
Iglesia sinodal
P. Omar ppsm
Aguirre, Puerto Rico
XVI Asamblea General Ordinaria del
Sínodo de los Obispos
“POR UNA IGLESIA SINODAL:
COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN Y MISIÓN”
Objetivo
Consultar al
Pueblo de Dios para que el proceso sinodal se realice en la escucha a la
totalidad de
los
bautizados: sujeto del sensus fidei infalible in credendo.
“Asumiendo
la perspectiva eclesiológica del Vaticano II, el Papa Francisco describe la
imagen de
una Iglesia sinodal como “una pirámide invertida” que integra al pueblo de
Dios, al Colegio Episcopal y en él, con su específico ministerio de unidad, el Sucesor
de Pedro (Comisión Teológica Internacional, 2018, 57).”
El
significado del término griego “sínodo” es equivalente al de la palabra latina
“concilium”.
Los términos
se han conservado en el ámbito religioso cristiano, tanto católico como protestante,
aunque con matices distintos en las distintas tradiciones.
En la
Iglesia Católica, la distinción entre el significado de “sínodo” y “concilio”
es muy reciente. Todavía en el Vaticano II se usan como términos equivalentes
(CTI, 2018, 4).
Profundización
de la eclesiología de Vaticano II
En la
bibliografía teológica, canónica y pastoral recientes la sinodalidad se
presenta como una dimensión constitutiva de la Iglesia, que profundiza la obra
renovadora del Concilio Vaticano II y
que responde
al corazón de su eclesiología.
Se está
dando una ampliación del ejercicio de la sinodalidad, buscando medios para
incorporar a todo el Pueblo de Dios en los procesos sinodales de discernimiento
pastoral: participación, escucha activa.
”…la
sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio
(Francisco, 17 de oct de 2015, 50 aniversario del Sínodo de los Obispos).”
Una Iglesia
sinodal es una comunidad eclesial participativa, en la que todas y todos son
actores, con papeles y contribuciones diversificadas, conforme a la diversidad
de carismas y ministerios eclesiales.
Se busca la
unidad, celebrando la diversidad de dones, espiritualidades, carismas,
ministerios. La Iglesia sinodal es rica en ministerios.
Colegialidad
y sinodalidad
Hoy vemos
una ampliación de la sinodalidad que, sin detrimento del papel singular del
colegio episcopal, incluye en el discernimiento a todo el Pueblo de Dios.
La
sinodalidad no contradice la colegialidad episcopal. Son aspectos
complementarios del misterio de la Iglesia: “La dimensión sinodal de la Iglesia
expresa el carácter de sujeto activo de todos los bautizados y al mismo tiempo
el rol específico del ministerio episcopal en comunión… con el Obispo de Roma
(CTI, 2018, 64).”
Principio
jerárquico
La Iglesia
se confiesa como una comunidad (εκκλησια - ecclesia) reunida por la fe en
Jesucristo y la acción del Espíritu Santo (del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo). Pero es una comunidad
integrada
por hombres y mujeres de carne y hueso, que requiere una organización visible y
estructurada.
Para el
servicio de la unidad de la Iglesia, en su fe y en su misión, existe el ministerio
ordenado (principio jerárquico o jerodúlico), particularmente el ministerio
episcopal (Cap III de la LG).
“Para
apacentar el Pueblo de Dios y acrecentarlo siempre, Cristo… instituyó en su
Iglesia diversos ministerios, ordenados al bien de todo el Cuerpo. Pues los
ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos, a fin
de que todos cuantos pertenecen al
Pueblo de
Dios y gozan, por tanto, de la verdadera dignidad cristiana, tendiendo libre y
ordenadamente a un mismo fin, alcancen la salvación.
Este santo
Sínodo… enseña… que Jesucristo… edificó la santa Iglesia enviando a sus
Apóstoles lo mismo que Él fue enviado por el Padre…, y quiso que los sucesores de aquéllos, los
Obispos, fuesen los pastores en su Iglesia hasta la consumación de los siglos…
para que el Episcopado
fuese uno…
puso al frente de los demás apóstoles al bienaventurado Pedro… (LG 18).”
Principio
sinodal
Junto al
principio jerárquico y en reciprocidad con él también existe en la Iglesia un
principio sinodal, que tiene su fundamento en el bautismo.
El principio
sinodal destaca la igualdad fundamental y la corresponsabilidad de todos los
miembros de la Iglesia en su obra evangelizadora.
Sentido
de la fe (Sensus fidei)
“…La
totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo… no puede equivocarse
cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el
sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando «desde los Obispos hasta
los últimos fieles laicos» presta su consentimiento universal en las cosas de
fe y costumbres. Con este sentido de la fe, que el
Espíritu de
verdad suscita y mantiene, el Pueblo de Dios se adhiere indefectiblemente «a la
fe confiada de una vez para siempre a los santos» …, penetra más profundamente
en ella con juicio certero y le da más plena aplicación en la vida, guiado en
todo por el sagrado Magisterio, sometiéndose al cual no acepta ya una palabra
de hombres, sino la verdadera palabra de Dios...
(LG 12)”
El
fundamento del sentido de la fe es el don del Espíritu Santo, recibido por cada
uno de los fieles en el bautismo y la confirmación.
El sentido
de la fe no significa que cada uno sea infalible en sus convicciones
individuales, separado del resto de la Iglesia.
Es una
especie de instinto sobrenatural o conocimiento intuitivo que mueve al creyente
a reconocer y acoger la verdadera doctrina, recibida en el seno de la comunidad
eclesial y bajo la
guía de los
legítimos pastores.
De ahí la
importancia de escuchar a toda la Iglesia en el discernimiento teológico y
pastoral.
Todos deben
estar representados y escuchados
Aunque la
sinodalidad puede sonar a innovación, es preciso señalar que la participación
de los fieles en la toma de decisiones en la Iglesia tiene raíces históricas
profundas, partiendo de la propia “asamblea de Jerusalén” (con todas las
cautelas históricas que requiere la lectura de Hechos).
Los
canonistas medievales (siglos XII y XIII) convirtieron la máxima quod omnes tangit
ab omnibus tractari et apporbari debet en un principio general.
En un concilio
general para discutir cuestiones de fe todos debían estar representados y
escuchados.
Por lo
tanto, aunque el colegio episcopal, en comunión con su cabeza y nunca sin ella,
tiene el magisterio normativo, todos los fieles somos miembros activos de la Iglesia
y corresponsables de su misión porque a todos se nos ha dado la ilustración del
Espíritu Santo.
La
participación de los fieles en el discernimiento doctrinal y práctico requiere
nuevas estructuras de participación, de tal manera que toda la Iglesia pueda
caminar conjuntamente al servicio del Reino.
La Asamblea
Eclesial para América Latina y la inédita metodología del Sínodo son
experimentos para encontrar estos nuevos caminos, a los que, en fidelidad al
Evangelio, nos convoca el Papa Francisco.
Conversión
sinodal, un signo de esperanza
Vivimos
tiempos difíciles en la Iglesia (escándalos, secularización, civilización
postcristiana, alejamiento de la fe de muchos jóvenes…)
Pero también
vivimos un momento intenso de llamada a la conversión eclesial con vientos
primaverales.
El Papa
Francisco quiere realizar una reforma de la Iglesia (Semper reformanda) en
clave sinodal: una Iglesia en salida, una Iglesia que potencia la participación
y vocación del laicado (sin desmerecer el ministerio ordenado y la vida
consagrada), una Iglesia que escucha a todos sus miembros y que también escucha
los clamores de los pobres, al servicio de la fraternidad
universal.
El proceso
sinodal pleno solo existirá verdaderamente si se implican en él las Iglesias
particulares. Y solo puede existir una auténtica implicación de las Iglesias
particulares si también participan los organismos intermedios de sinodalidad,
es decir, los Sínodos de las Iglesias orientales católicas, los Consejos y Asambleas
de las Iglesias sui iuris y las Conferencias Episcopales, con sus expresiones
nacionales, regionales y continentales.
Oración
por el Sínodo
Padre de
bondad, que conduces a tu Iglesia que peregrina por el mundo inspirándola para realizar
un camino sinodal donde la escucha sea centro del diálogo.
Te
suplicamos nos asistas con la luz de tu Espíritu Santo en este tiempo de
preparación del
Sínodo. Que,
ante los desafíos presentes y futuros, podamos reavivar nuestro compromiso
como
discípulos misioneros, para que tengamos vida en Jesucristo encontrando en Él
la
alegría, la
paz y la esperanza que no defrauda.
Que, a
través de la escucha, el diálogo y el encuentro seamos valientes para fomentar
la
comunión,
participación y misión de la Iglesia. Que Santa María virgen y los santos
apóstoles
nos animen a redescubrir los orígenes de la Iglesia. Por Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.
Amén.