jueves, 26 de noviembre de 2020

#1016 - Lectura orante de la Biblia 6

 


Lectura orante de la Biblia

Carlos Mesters y equipo Bíblico CRB

1998


Guía 5 – El Éxodo permanente (Apocalipsis 7, 1-17)

1.       El censo en el desierto

La visión del sexto sello continúa…En el pasado, tras la salida de Egipto, hubo un censo de las tribus (Nm 1, 20- 43).Aquel recuento del pueblo…fue el comienzo de su nueva organización igualitaria y fraterna, según la Lay de Dio s.

Ahora, en el sexto sello, Dios decreta un nuevo censo: el de los “siervos de Dios” que soportaron la persecución sin dejarse contaminar por los dioses falsos del imperio…todos reciben la marca de Dios, que es signo de protección. El número de los marcados es 144,000, 12,000 de cada tribu. ¡Ahora el número está completo, ya no falta nadie!...Los opresores han huido despavoridos y el pueblo que vivía oprimido y disperso se presenta ahora ante el mundo perfectamente organizado, ¡unido en sí!

2.       La lección del censo

Mirando en el espejo de su pasado, las comunidades cristianas perseguidas descubren su futuro…!deben comenzar a organizarse inmediatamente…!pues cuando…el poder de los grandes caiga destruido por las plagas de la Historia, entonces los pequeños deben estar preparados para presentarse ante el mundo unidos entre sí, en  una organización nueva y contraria a la organización opresora del Imperio Romano. 

3.       La muchedumbre que nadie podía contar

Juan ve “una gran muchedumbre que nadie podía contar”. Todos estaban vestidos de blanco con palmas en las manos, delante del trono: alaban a Dios…La muchedumbre no proviene de las doce tribus ya marcadas…proviene de la humanidad entera, “de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas”.

Como las doce tribus, salieron de Egipto y ahora están en el desierto, delante del trono de Dios. Dios extiende sobre ellos su tienda y enjuga todas las lágrimas. Bajo la protección del Cordero, no pasan hambre, ni sed, ni sufren el calor del sol. Jesús los conduce hacia las fuentes de vida.

Las comunidades cristianas no pueden pensar que son las únicas que resisten contra el Imperio, ni pueden pretender controlar la acción de Dios en el mundo. Yavé, el Dios liberador no es propiedad de las comunidades, pero están si son propiedad de Yavé (Ex 19,15). En medio de la humanidad oprimida, que lucha y resiste…deben ser un signo de Dios…deben presentarse ante el mundo como un servicio, como una alternativa posible para la libertad y para la justicia.

…el pueblo de las comunidades cristianas debe aguantar firme, ¡debe resistir hasta la muerte! Pues por su resistencia y lucha, preparan el futuro que deberá aparecer ante los ojos del mundo. ¡Y queda “poco tiempo” para realizar esta misión!


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