Lectura orante de la Biblia
Carlos Mesters y equipo Bíblico CRB
1998
Guía 5 – El Éxodo
permanente (Apocalipsis 7, 1-17)
1.
El
censo en el desierto
La visión del sexto sello
continúa…En el pasado, tras la salida de Egipto, hubo un censo de las tribus
(Nm 1, 20- 43).Aquel recuento del pueblo…fue el comienzo de su nueva
organización igualitaria y fraterna, según la Lay de Dio s.
Ahora, en el sexto sello, Dios
decreta un nuevo censo: el de los “siervos de Dios” que soportaron la
persecución sin dejarse contaminar por los dioses falsos del imperio…todos
reciben la marca de Dios, que es signo de protección. El número de los marcados
es 144,000, 12,000 de cada tribu. ¡Ahora el número está completo, ya no falta
nadie!...Los opresores han huido despavoridos y el pueblo que vivía oprimido y
disperso se presenta ahora ante el mundo perfectamente organizado, ¡unido en
sí!
2.
La
lección del censo
Mirando en el espejo de su pasado,
las comunidades cristianas perseguidas descubren su futuro…!deben comenzar a
organizarse inmediatamente…!pues cuando…el poder de los grandes caiga destruido
por las plagas de la Historia, entonces los pequeños deben estar preparados
para presentarse ante el mundo unidos entre sí, en una organización nueva y contraria a la
organización opresora del Imperio Romano.
3.
La
muchedumbre que nadie podía contar
Juan ve “una gran muchedumbre que
nadie podía contar”. Todos estaban vestidos de blanco con palmas en las manos,
delante del trono: alaban a Dios…La muchedumbre no proviene de las doce tribus
ya marcadas…proviene de la humanidad entera, “de todas las naciones, tribus,
pueblos y lenguas”.
Como las doce tribus, salieron de
Egipto y ahora están en el desierto, delante del trono de Dios. Dios extiende
sobre ellos su tienda y enjuga todas las lágrimas. Bajo la protección del
Cordero, no pasan hambre, ni sed, ni sufren el calor del sol. Jesús los conduce
hacia las fuentes de vida.
Las comunidades cristianas no
pueden pensar que son las únicas que resisten contra el Imperio, ni pueden
pretender controlar la acción de Dios en el mundo. Yavé, el Dios liberador no
es propiedad de las comunidades, pero están si son propiedad de Yavé (Ex
19,15). En medio de la humanidad oprimida, que lucha y resiste…deben ser un
signo de Dios…deben presentarse ante el mundo como un servicio, como una
alternativa posible para la libertad y para la justicia.
…el pueblo de las comunidades
cristianas debe aguantar firme, ¡debe resistir hasta la muerte! Pues por su
resistencia y lucha, preparan el futuro que deberá aparecer ante los ojos del
mundo. ¡Y queda “poco tiempo” para realizar esta misión!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario