Cuando Jesús habla de que quien lo ve a Él ve al Padre, se muestra a sus discípulos como el verdadero hombre que es, perfecto y libre de todo pecado. El hombre semejante a Adán antes del pecado original. Porque Dios al crear al hombre dijo que lo hacía a imagen y semejanza suya. Así, que es a través de esta humanidad de Cristo, que era uno con el Padre y el Espíritu Santo en el principio, que se nos revela el misterio de Dios. Porque a eso estamos llamados, a ser santos y perfectos como lo es el Padre.
Pero más aún, el misterio de Cristo pasa por la muerte en la cruz, la cual tenemos que cada uno de nosotros asumir en nuestras vidas para resucitar con Él. Por eso Dios se hizo uno como nosotros. para mostrarnos el camino a seguir. Un camino que es el de servir a los más necesitados entregando nuestra vida por ellos.
Por eso decía Jesús que el que lo ve a Él ve al Padre. Y que el que de aunque sea un vaso de agua al necesitado a el se lo está dando. Y es que en cada ser humano, por ser imagen y semejanza de Dios, también está Cristo.
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