Para todo católico debe ser prioritario el aportar soluciones a los problemas del país en el cual estemos viviendo.
En Puerto Rico estamos viviendo un momento crucial de nuestra vida como pueblo, como nación. En medio de una deuda pública billonaria el gobierno de turno, supervisado por una Junta de Control nombrada por el Congreso de los Estados Unidos, ha tenido que ceder en seguir gravando al pueblo trabajador, clase media, con más impuestos y recortes. Para colmo de todo, después de años de déficits presupuestarios, nadie en el gobierno tiene una certeza firme de a cuando en realidad equivale esa deuda y cuanto de la misma fue adquirida ilegalmente, sin cumplir con los controles constitucionales para ello.
Ante esta situación la Coalición Ecumenica, que incluye a iglesias hermanas de otras denominaciones han alzado su voz pidiendo una Auditoría de esta deuda ya que el propio gobierno disolvió la Comisión que se había creado para ello.
Nosotros, como cristianos, tenemos que apoyar estas iniciativas y estar dispuestos, ademas de la oración, a hacer los sacrificios necesarios para ayudar a superar esta crisis. De hecho, la palabra crucial tiene su raíz en la palabra cruz. Tomemos pues la cruz que como ciudadanos de Puerto Rico debemos asumir en esta hora y pongamos nuestras manos en el arado para sembrar semillas de solidaridad y reclamar justicia y verdad.
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