lunes, 25 de febrero de 2019

#546 - Seriedad de los Sacramentos

Tanto para los fieles como para los que administran los Sacramentos en nuestra Iglesia debería ser de suma seriedad la preparación de los candidatos para recibir estos. Y aunque sabemos que existe una catequesis formal o semiformal en cada Parroquia, no es menos cierto que existen programas o charlas pre-sacramentales que van desde lo más completo y estructurado hasta lo más simple o improvisado.

Las primeras comunidades cristianas, fundadas por los apóstoles, se preocuparon mucho por la preparación de los que iban a recibir los sacramentos que el mismo Cristo estableció en su Iglesia. Por eso vemos en los documentos de aquellos tiempos como se seguía un proceso de catecumenado intensivo y prolongado antes que cualquier persona se iniciara en el nuevo Camino. Y sobretodo en los Sacramentos de Iniciación, es decir el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, toda la comunidad recibía a los candidatos a nuevos cristianos con mucha seriedad y alegría. Tan era así que se acostumbraba celebrarlo la noche de la Vigilia Pascual, cuando la memoria de la resurrección de Cristo se vivía intensamente. 

Todavía hoy, tienen los Sacramentos el mismo valor que Cristo quiso darles y siguen siendo signos de la presencia real y de las gracias que Dios derrama sobre sus creaturas. De ahí los símbolos tan significativos y abundantes por los cuales se nos hacen presente en cada uno de ellos lo que el sacramento otorga. La Materia: agua y óleo o aceite, los pecados, los esposos mismos, la imposición de manos, el pan y el vino. La Forma: las palabras que se pronuncian en cada uno de ellos.

Rescatemos, allí donde se ha descuidado un poco o mucho la preparación y la realización de los Sacramentos, para que vuelvan a ser signos de la presencia viva de Cristo entre nosotros. Como católicos es un deber que tenemos.

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