miércoles, 27 de febrero de 2019

#547 - El Vaticano

Los católicos tenemos en Roma el Estado Vaticano o Santa Sede desde donde el Vicario de Cristo en la tierra, el Papa, dirige nuestra Iglesia, pero a su vez, nos representa ante el mundo, sus naciones y organismos internacionales.  Esto le da a la Iglesia Catolica la gran oportunidad de estar inserta en el mundo para presentarle el Programa de Vida de su fundador, Cristo. Aqui tambien estan guardados los documentos que sustentan nuestra fe y la cultura universal del ser humano, entre otras cosas.

Se que muchos de nosotros han podido visitar este estado, el más pequeño del mundo. Tanto para estos como para los que aún no han estado, allí les dejamos un resumen de lo que la Santa Sede es en términos organizativos lo presenta  tal como nos presenta su propio sitio en la Web.

Origen y naturaleza

El Estado de la Ciudad del Vaticano nació con el tratado de Letrán, firmado entre la Santa Sede e Italia el 11 de febrero de 1929, ratificado el 7 de junio del mismo año. Su personalidad como Ente soberano de derecho público internacional, diverso de la Santa Sede, es universalmente reconocida.
La Iglesia Católica cumple su misión de anuncio de la verdad del Evangelio para la salvación de los hombres, sirviendo a la causa de la paz  y de la justicia en favor de todos los pueblos, no sólo a través de las Iglesias particulares y locales repartidas por todo el mundo, sino también por medio del gobierno central, constituido por el Papa y los organismos que lo asisten en su responsabilidad para con la Iglesia universal (denominados Sede Apostólica o Santa Sede).
El Sumo Pontífice reside en el Estado de la Ciudad del Vaticano donde se encuentran también algunos de los organismos que le asisten. El Estado, tiene por lo tanto, la característica propia de ser un instrumento de la independencia de la Santa Sede y de la Iglesia Católica respecto a todo poder constituido. En cierto sentido, es un signo del carácter sobrenatural de la misma Iglesia pues las estructuras del Vaticano se reducen al mínimo indispensable para su funcionamiento.
Extraterritorialidad

Protección internacional del territorio
Todo el territorio del Estado de la Ciudad del Vaticano está protegido por la Convención de La Haya del 14 de mayo de 1954, sobre la tutela de los bienes culturales en caso de conflicto armado.
En 1984, la Ciudad del Vaticano fue declarada patrimonio cultural y natural según la Convención de la UNESCO, del 16 noviembre 1972, sobre la protección del patrimonio.
El Estado está así reconocido, incluso en el ámbito internacional, como patrimonio moral, artístico  y cultural, digno de ser respetado y protegido como un tesoro para toda la humanidad.
Acceso al mar
A pesar de que el Estado de la Ciudad del Vaticano no tiene acceso directo al mar, en virtud de la Declaración de Barcelona de 1921, le está permitido la navegación marítima con buques propios enarbolando la bandera pontificia. No obstante,  el Estado no ejerce actualmente este derecho.
Órganos del Estado y respectivos poderes

La forma de gobierno del Estado es la monarquía absoluta. El Jefe del Estado es el Sumo Pontífice, que tiene plenos poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Durante el período de sede vacante, dichos poderes son ejercidos por el Colegio de cardenales.
El Sumo Pontífice, elegido durante el cónclave por los cardenales que no han alcanzado los ochenta años de edad, se convierte en Soberano del Estado cuando acepta su elección al Pontificado.
Órganos del poder legislativo y ejecutivo
Las disposiciones legislativas pueden ser dictadas por el Sumo Pontífice o, en su nombre, por la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano, la cual promulga también los reglamentos generales. Tanto las disposiciones como los reglamentos, se publican en un suplemento especial de las Acta Apostolicae Sedis, Boletín Oficial de la Santa Sede. El poder ejecutivo está en manos de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y, dependiendo de ella, el Delegado especial de dicha Comisión; de ambos dependen las Direcciones Generales y las Direcciones del Governatorato con sus respectivas Oficinas y Servicios.
El ejercicio del poder ejecutivo compete, por lo tanto, al Cardenal Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano, quien, en virtud de este encargo, asume el nombre de “Presidente del Governatorato”.
Colaboradores inmediatos del Presidente son: el Secretario y el Vicesecretario Generales.
Las Direcciones y Oficinas centrales, en las que el Governatorato está organizado, dependen del Presidente.
En la elaboración de leyes y otras materias de importancia particular, la Comisión Pontificia y el Presidente del Governatorato se avalan de la colaboración del Consejero General y de los Consejeros de Estado.
Órganos del poder judicial
Según la ley del 21 de noviembre de 1987, n. CXIX, el poder judicial cuenta con los siguientes órganos: un Juez único, un Tribunal, una Corte de apelación y una Corte de casación, que ejercen sus respectivas tareas en nombre del Sumo Pontífice. Las diversas competencias están reguladas por los Códigos de procedimiento civil y penal vigentes en el Estado.
Relaciones diplomáticas
La representación y relaciones con los demás Estados están reservadas al Sumo Pontífice, quien las ejerce por medio de la Secretaría de Estado.
Tanto la Santa Sede, en cuanto órgano soberano de la Iglesia Católica, como el Estado de la Ciudad del Vaticano, han obtenido cada vez más, pleno reconocimiento como personalidad internacional singular; ambos forman parte de Organizaciones internacionales, participan en Conferencias internacionales, y poseen facultades para adherirse a Convenciones internacionales.as ejerce por medio de la Secretaría de Estado.

Participación en Organizaciones internacionales
Además de las Organizaciones en que la Santa Sede está presente con observadores permanentes (por ej., ONU, FAO, UNESCO), o en las que es miembro (por ej., AIEA -Agencia Internacional para la Energía Atómica-, y OMT -Organización Mundial del Turismo-), el Estado de la Ciudad del Vaticano participa, entre otras, en las siguientes:
- Unión Postal Universal (UPU)
- Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)
- Consejo Internacional del Trigo
- Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI)
- Unión Internacional de Berna para la protección de las obras literarias y artísticas
- Unión Internacional de París para la protección de la propiedad industrial
- Asociación Médica Mundial
- Organización Internacional de Telecomunicaciones por vía Satélite (INTELSAT)
- Organización Europea de Telecomunicaciones por vía Satélite (EUTELSAT)
Adhesión a Convenciones internacionales
La Santa Sede o el Estado de la Ciudad del Vaticano están adheridos también (a veces con reservas) a numerosas convenciones internacionales, entre las cuales:
- Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial
- Convención internacional sobre los derechos del niño
- Convención única sobre estupefacientes y protocolo de enmienda
- Convención sobre las sustancias psicotrópicas
- Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares
- Convención sobre la exploración y la utilización pacífica del espacio atmosférico
- Protocolo sobre la prohibición de gases tóxicos y medios bacteriológicos
- Convenciones de Ginebra (para mejorar en tiempo de guerra la condición de los heridos y enfermos; sobre la protección de civiles; sobre el tratamiento de prisioneros; sobre el status de los refugiados) y otros protocolos adicionales
- Convención internacional para la protección de bienes culturales en caso de conflicto armado
- Convención de la UNESCO sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural
- Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas
- Convención cultural europea
- Convenciones en materia de derecho marítimo
- Convenciones sobre la circulación viaria

lunes, 25 de febrero de 2019

#546 - Seriedad de los Sacramentos

Tanto para los fieles como para los que administran los Sacramentos en nuestra Iglesia debería ser de suma seriedad la preparación de los candidatos para recibir estos. Y aunque sabemos que existe una catequesis formal o semiformal en cada Parroquia, no es menos cierto que existen programas o charlas pre-sacramentales que van desde lo más completo y estructurado hasta lo más simple o improvisado.

Las primeras comunidades cristianas, fundadas por los apóstoles, se preocuparon mucho por la preparación de los que iban a recibir los sacramentos que el mismo Cristo estableció en su Iglesia. Por eso vemos en los documentos de aquellos tiempos como se seguía un proceso de catecumenado intensivo y prolongado antes que cualquier persona se iniciara en el nuevo Camino. Y sobretodo en los Sacramentos de Iniciación, es decir el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, toda la comunidad recibía a los candidatos a nuevos cristianos con mucha seriedad y alegría. Tan era así que se acostumbraba celebrarlo la noche de la Vigilia Pascual, cuando la memoria de la resurrección de Cristo se vivía intensamente. 

Todavía hoy, tienen los Sacramentos el mismo valor que Cristo quiso darles y siguen siendo signos de la presencia real y de las gracias que Dios derrama sobre sus creaturas. De ahí los símbolos tan significativos y abundantes por los cuales se nos hacen presente en cada uno de ellos lo que el sacramento otorga. La Materia: agua y óleo o aceite, los pecados, los esposos mismos, la imposición de manos, el pan y el vino. La Forma: las palabras que se pronuncian en cada uno de ellos.

Rescatemos, allí donde se ha descuidado un poco o mucho la preparación y la realización de los Sacramentos, para que vuelvan a ser signos de la presencia viva de Cristo entre nosotros. Como católicos es un deber que tenemos.

viernes, 22 de febrero de 2019

#545 - Ser pastor

Marcos 6, 30-34 nos describe el "ajetreo misionero del grupo de Jesús" y nos "permite imaginar la simpatía que despertaban entre la gente del pueblo...A veces las burocracias eclesiásticas y las complicadas estructuras pastorales son un obstáculo para anunciar y testimoniar el Reinado de Dios. ?Como son <los pastores> de tu medio social y eclesial??Dan el tiempo al pueblo con generosidad? ?Y tu, eres pastor de esperanza y vida para tu comunidad?".

Cita de la Agenda Bíblica 2019

miércoles, 20 de febrero de 2019

#544 - Misión de Jesús

Hay tres  momentos en la vida de Jesús que definen y marcan toda su vida.

El primero fue su bautizo en el Jordán, donde se manifestó a su pueblo como el Hijo de Dios, recibiendo del Padre el Espíritu Santo.

El segundo momento lo vive Jesús en el desierto lleno del Espíritu Santo vence las tentaciones del demonio y asume la misión para la cual había venido al mundo: la instauración del Reino de Dios.

Su tercer momento lo realiza el Maestro en la sinagoga de Nazareth (Lucas 4, 16-21), cuando leyendo públicamente el pasaje de Isaias 61, 1-2 se declara a si mismo como aquel en quien se da cumplimiento a esta profecía. Desde entonces se inserta Jesús en la problemática de su pueblo. Un pueblo esclavizado política y religiosamente. Todo su proyecto de vida comienza con esta declaración. Para hacerlo efectivo se enfrentará a todos aquellos que marginaban a los pobres y demonizaban a los enfermos. Predicaría desde entonces la libertad que solo su Reino puede dar. Combatiría la violencia, la envidia y el odio con la Ley del Amor. Buscó reunir en un "solo pueblo" a todos los seres humanos. Desde este momento provocó la ira de los poderosos, para quienes su proyecto terminó en el "fracaso de la cruz".

Nosotros, los cristianos, sabemos que su Reinado iba mas allá de cosas de este mundo y es por eso que después de más de 2000 años el Señor Resucitado sigue vivo entre nosotros.

Bautizados e hijos de Dios por adopción, el Espíritu Santo sigue dirigiéndonos en nuestro camino de conversión para que, como  Jesús, seamos los servidores de los necesitados y la voz de denuncia de las injusticias de este mundo. Muchos lo son en nuestros días y como El han sido y son martirizados.

Lavemos con frecuencia nuestros pecados en el Sacramento de la Reconciliación y podremos entonces vivir en la unidad que el mismo Cristo quiere para lo que en el creen.

lunes, 18 de febrero de 2019

#542 - Los emigrantes

Entre los muchos males que producen las guerras entre los hombres del mismo país o de otros países, uno de los que más reciente hemos visto patentes cada día es el de la migración de las víctimas. Familias enteras han tenido que buscar refugio en países vecinos y, sobre todo, las potencias europeas han tenido que enfrentar la decisión de acogerlos o no. Este fin de semana hemos sido testigos de lo que está sucediendo en los Estados Unidos de América con las nuevas políticas de su Presidente. Ya sea por guerras o por la necesidad de tener un empleo para sustentarse él y su familia todo ser humano tiene el derecho a moverse a otro país si en el suyo no existen las condiciones para conseguir este bienestar natural a cual tiene derecho todo hombre, mujer o niño. Nuestra Iglesia se ha expresado sobre este derecho desde siempre pero más concretamente lo ha hecho a través de su Doctrina Social. Ya en el no. 25 de su encíclica "Pacem in Terris"nos decía San Juan XXIII: "Ha de respetarse íntegramente también el derecho de cada hombre a conservar o cambiar su residencia dentro de los límites geográficos del país; más aún, es necesario que le sea lícito, cuando lo aconsejen justos motivos, emigrar a otros países y fijar allí su domicilio". En el no. 106 de este mismo documento añade: "...es un deber de las autoridades públicas admitir a los extranjeros que llegan y, en cuanto lo permita el verdadero bien de su comunidad, favorecer los propósitos de quienes pretenden incorporarse a ella como nuevos miembros". Por esto un católico no puede apoyar leyes que restrinjan de manera injusta este derecho fundamental de todos los hombres a buscar su felicidad fuera de su país. Aquí. los países de más recursos deben poner estos al servicio de los demás.

lunes, 11 de febrero de 2019

#541 - Doctrina Social de la Iglesia

 "El cristiano sabe que puede encontrar  en la doctrina social de la Iglesia los principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción como base para promover  un humanismo integral y solidario. Difundir esta doctrina constituye, por tanto, una verdadera prioridad pastoral". ("Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia", Pontificio Consejo de Justicia y Paz, Conferencia del Episcopado Dominicano, 2005, Introducción b.7).

"La locución doctrina social se remonta a Pío XI  y designa el "corpus" doctrinal relativo a temas de relevancia social que, a partir de la encíclica "Rerum Novarum", de León XIII, se ha desarrollado en la iglesia a través del Magisterio de los Romanos Pontífices y de los Obispos en comunión con ellos". ("Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia", Pontificio Consejo de Justicia y Paz, Conferencia del Episcopado Dominicano, 2005, Capítulo 2. III.a.87).

"Rerum Novarum" fue publicada en 1892.

A partir de aquí fueron publicándose:

                           "Quadragesimo Anno" en 1929 y "Divinis Redemptoris" en 1937 por Pío XI
                       
                           "Mater e Magistra" en 1961 y "Pacem in Terris" en 1963  por san Juan XXIII

                           La Constitución pastoral "Gaudium et Spes" del Concilio Vaticano II, 1966

                           "Populorum Progressio" en 1967 y "Octogesima Adveniens" en 1971 por Pablo VI

                           "Laborem Exercens" en 1981, "Sollicitudo rei socialis" en 1988, y "Centesimus                                     annus" en 1991 por san Juan Pablo II

domingo, 10 de febrero de 2019

#540 - Catecismo de la Iglesia

El Catecismo de la Iglesia Católica escrito en orden a la aplicación del Concilio Vaticano II siendo San Juan Pablo II Papa, contiene todas las verdades católicas que debemos saber. Es por eso, debe ser un libro de referencia continua para reafirmar y aclarar, cuando tengamos dudas, nuestra fe catolica.

El mismo se divide como sigue: Primera Parte, todo sobre La profesión de la fe, desglosado                                                                 mediante El Credo. 

                                                    Segunda Parte, todo sobre Los Sacramentos

                                                    Tercera Parte, todo sobre cómo vivir La vida en Cristo para                                                                 cumplir con los mandamientos, la conciencia moral, la moral de los                                                       actos humanos, la moralidad de las pasiones, las virtudes y el                                                                 pecado.  

                                                    Cuarta Parte, La oración cristiana, la vida de oración y la oración                                                     del Padre Nuestro. 

En este Catecismo tendrás una fuente segura sobre las verdades de nuestra Iglesia.

viernes, 8 de febrero de 2019

#539 - La semilla del Reino

La Parábola del sembrador es rica en explicaciones sobre como cada ser humano hace fructificar la semilla del Reino. Veamos a Marcos 4, 1-20.

"...el sembrador lanza la semilla sin preocuparse donde va a caer. Es que así es el modo de proceder de Dios. Su Palabra es ofrecida a todos los seres humanos, cada uno está en libertad de acogerla  o rechazarla...La semilla de la Palabra va cayendo, creciendo y convirtiéndose en un arbusto con mucho fruto en la medida en que el corazón que la ha acogido la hace crecer y fructificar. Sus frutos serán la bondad, amor , paz, justicia, libertad, equidad para todas las personas."

Cita de la Agenda Bíblica 2019

miércoles, 6 de febrero de 2019

#538 - Biblioteca Católica

Hay una serie de documentos de la Iglesia que todo católico debería tener en su biblioteca personal para estar al día sobre lo que esta a expresado a través de la historia para conducir por el camino de Cristo a sus fieles. Entre estos, después de una Biblia católica, podemos mencionar los siguientes:

                          1- El Catecismo de la Iglesia Católica
                          2- Documentos del Concilio Vaticano II
                          3- Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
                          4- Documento Conclusivo de Aparecida
                          5- El Evangelio de la Alegría de Papa Francisco
                          6- Sobre el amor en la Familia de Papa Francisco
                          7 - Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual de Papa Francisco
                          8- Misal Romano
                          9- Ritual de los Sacramentos

Esto como un mínimo necesario para estar preparados (como discípulos) para servirle (como misioneros) a la Iglesia en la Evangelización.

martes, 5 de febrero de 2019

#537 - La voluntad de Dios

"?Que es hacer la voluntad de Dios? ?Como escudriñar y discernir la voluntad de Dios de tal manera que no se confunda con el capricho yo los deseos humanos? Indudablemente que la voluntad de Dios siempre estará orientada a garantizar la vida y la dignidad humana. La voluntad de Dios es que <el ser humano tenga vida y vida en abundancia> o que <todos los seres humanos alcancen el conocimiento de la verdad>. ...siempre será la búsqueda del bien del ser humano. Un bien personal y comunitario, una libertad corresponsable, una felicidad que consiste en la donación de si mismo por amor a los demás, Buscar la voluntad de Dios exige mantener los ojos y los oídos atentos a la realidad circundante y buscar en la Palabra los criterios de discernimiento, implica una vida de oración constante."

Tomado de la Agenda Bíblica 2019.

sábado, 2 de febrero de 2019

#536 - Dimensión erótica del amor

El ser humano fue creado por Dios como un ser sexuado. Macho y hembra los creó para que fueran un solo cuerpo y procreadores de vida humana.

Sin embargo, a través de los tiempos, esta relación conyugal entre los esposos se ha ido contaminando con lo que el mundo busca en términos de placer sexual. Así, muchos matrimonios católicos hemos sentido algún grado de confusión sobre lo que debo o no debo hacer cuando comparto íntimamente con mi pareja.

Aunque la respuesta a esta interrogante puede ser muy personal, como siempre nuestra Madre Iglesia nos orienta al respecto. En su Exhortación Apostólica Postsinodal del Santo Padre Francisco "Sobre el amor en la Familia" nos dice el Papa en los números 150-158 del capítulo IV:

Dimensión erótica del amor
150. Todo esto nos lleva a hablar de la vida sexual del matrimonio. Dios mismo creó la sexualidad, que es un regalo maravilloso para sus creaturas. Cuando se la cultiva y se evita su descontrol, es para impedir que se produzca el «empobrecimiento de un valor auténtico»[146]. San Juan Pablo II rechazó que la enseñanza de la Iglesia lleve a «una negación del valor del sexo humano», o que simplemente lo tolere «por la necesidad misma de la procreación»[147]. La necesidad sexual de los esposos no es objeto de menosprecio, y «no se trata en modo alguno de poner en cuestión esa necesidad»[148].
151. A quienes temen que en la educación de las pasiones y de la sexualidad se perjudique la espontaneidad del amor sexuado, san Juan Pablo II les respondía que el ser humano «está llamado a la plena y madura espontaneidad de las relaciones», que «es el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del propio corazón»[149]. Es algo que se conquista, ya que todo ser humano «debe aprender con perseverancia y coherencia lo que es el significado del cuerpo».[150] La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor. Así, «el corazón humano se hace partícipe, por decirlo así, de otra espontaneidad»[151]. En este contexto, el erotismo aparece como manifestación específicamente humana de la sexualidad. En él se puede encontrar «el significado esponsalicio del cuerpo y la auténtica dignidad del don»[152]. En sus catequesis sobre la teología del cuerpo humano, enseñó que la corporeidad sexuada «es no sólo fuente de fecundidad y procreación», sino que posee «la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en el que el hombre-persona se convierte en don»[153]. El más sano erotismo, si bien está unido a una búsqueda de placer, supone la admiración, y por eso puede humanizar los impulsos.
152. Entonces, de ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos. Siendo una pasión sublimada por un amor que admira la dignidad del otro, llega a ser una «plena y limpísima afirmación amorosa», que nos muestra de qué maravillas es capaz el corazón humano y así, por un momento, «se siente que la existencia humana ha sido un éxito»[154].
Violencia y manipulación
153. Dentro del contexto de esta visión positiva de la sexualidad, es oportuno plantear el tema en su integridad y con un sano realismo. Porque no podemos ignorar que muchas veces la sexualidad se despersonaliza y también se llena de patologías, de tal modo que «pasa a ser cada vez más ocasión e instrumento de afirmación del propio yo y de satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos»[155]. En esta época se vuelve muy riesgoso que la sexualidad también sea poseída por el espíritu venenoso del «usa y tira». El cuerpo del otro es con frecuencia manipulado, como una cosa que se retiene mientras brinda satisfacción y se desprecia cuando pierde atractivo. ¿Acaso se pueden ignorar o disimular las constantes formas de dominio, prepotencia, abuso, perversión y violencia sexual, que son producto de una desviación del significado de la sexualidad y que sepultan la dignidad de los demás y el llamado al amor debajo de una oscura búsqueda de sí mismo?
154. No está de más recordar que, aun dentro del matrimonio, la sexualidad puede convertirse en fuente de sufrimiento y de manipulación. Por eso tenemos que reafirmar con claridad que «un acto conyugal impuesto al cónyuge sin considerar su situación actual y sus legítimos deseos, no es un verdadero acto de amor; y prescinde por tanto de una exigencia del recto orden moral en las relaciones entre los esposos»[156]. Los actos propios de la unión sexual de los cónyuges responden a la naturaleza de la sexualidad querida por Dios si son vividos «de modo verdaderamente humano»[157]. Por eso, san Pablo exhortaba: «Que nadie falte a su hermano ni se aproveche de él» (1 Ts 4,6). Si bien él escribía en una época en que dominaba una cultura patriarcal, donde la mujer se consideraba un ser completamente subordinado al varón, sin embargo enseñó que la sexualidad debe ser una cuestión de conversación entre los cónyuges: planteó la posibilidad de postergar las relaciones sexuales por un tiempo, pero «de común acuerdo» (1 Co 7,5).
155. San Juan Pablo II hizo una advertencia muy sutil cuando dijo que el hombre y la mujer están «amenazados por la insaciabilidad»[158]. Es decir, están llamados a una unión cada vez más intensa, pero el riesgo está en pretender borrar las diferencias y esa distancia inevitable que hay entre los dos. Porque cada uno posee una dignidad propia e intransferible. Cuando la preciosa pertenencia recíproca se convierte en un dominio, «cambia esencialmente la estructura de comunión en la relación interpersonal»[159]. En la lógica del dominio, el dominador también termina negando su propia dignidad[160], y en definitiva deja «de identificarse subjetivamente con el propio cuerpo»[161], ya que le quita todo significado. Vive el sexo como evasión de sí mismo y como renuncia a la belleza de la unión.
156. Es importante ser claros en el rechazo de toda forma de sometimiento sexual. Por ello conviene evitar toda interpretación inadecuada del texto de la carta a los Efesios donde se pide que «las mujeres estén sujetas a sus maridos» (Ef 5,22). San Pablo se expresa aquí en categorías culturales propias de aquella época, pero nosotros no debemos asumir ese ropaje cultural, sino el mensaje revelado que subyace en el conjunto de la perícopa. Retomemos la sabia explicación de san Juan Pablo II: «El amor excluye todo género de sumisión, en virtud de la cual la mujer se convertiría en sierva o esclava del marido [...] La comunidad o unidad que deben formar por el matrimonio se realiza a través de una recíproca donación, que es también una mutua sumisión»[162]. Por eso se dice también que «los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos» (Ef 5,28). En realidad el texto bíblico invita a superar el cómodo individualismo para vivir referidos a los demás, «sujetos los unos a los otros» (Ef 5,21). En el matrimonio, esta recíproca «sumisión» adquiere un significado especial, y se entiende como una pertenencia mutua libremente elegida, con un conjunto de notas de fidelidad, respeto y cuidado. La sexualidad está de modo inseparable al servicio de esa amistad conyugal, porque se orienta a procurar que el otro viva en plenitud.
157. Sin embargo, el rechazo de las desviaciones de la sexualidad y del erotismo nunca debería llevarnos a su desprecio ni a su descuido. El ideal del matrimonio no puede configurarse sólo como una donación generosa y sacrificada, donde cada uno renuncia a toda necesidad personal y sólo se preocupa por hacer el bien al otro sin satisfacción alguna. Recordemos que un verdadero amor sabe también recibir del otro, es capaz de aceptarse vulnerable y necesitado, no renuncia a acoger con sincera y feliz gratitud las expresiones corpóreas del amor en la caricia, el abrazo, el beso y la unión sexual. Benedicto XVI era claro al respecto: «Si el hombre pretendiera ser sólo espíritu y quisiera rechazar la carne como si fuera una herencia meramente animal, espíritu y cuerpo perderían su dignidad»[163]. Por esta razón, «el hombre tampoco puede vivir exclusivamente del amor oblativo, descendente. No puede dar únicamente y siempre, también debe recibir. Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don»[164]. Esto supone, de todos modos, recordar que el equilibrio humano es frágil, que siempre permanece algo que se resiste a ser humanizado y que en cualquier momento puede desbocarse de nuevo, recuperando sus tendencias más primitivas y egoístas.