En nuestra sociedad actual, son muchas las leyes que a diario aprueban los legisladores que crean confusión en el cristiano sobre que es legal y lo que es moral. Así por vemos como se ha legalizado por una gran mayoría de los países, el aborto, la eutanasia y los estudios o experimentos con seres humanos.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos ilustra al respecto en el articulo 5 de su Tercera Parte:
Sobre el aborto
No. 2271- "Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. esta enseñanza no ha cambiado, permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral".
No. 2272 - "La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana".
No. 2273 - "El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación".
Sobre la eutanasia
No. 2276 - "Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible".
No. 2277 - "Cualquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable. Por tanto, una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador".
Sobre la investigación científica
No. 2295 - "Las investigaciones o experimentos en el ser humano no pueden legitimar actos que en si mismos son contrarios a la dignidad de las personas y a la ley moral. El eventual consentimiento de los sujetos no justifica tales actos. La experimentación en el ser humano no es moralmente legítima si hace correr riegos desproporcionados o evitables a la vida o a la integridad física o psíquica del sujeto".
Defendamos, pues, la moral cristiana, oponiéndonos y denunciando toda ley inmoral que se presente en nuestros países
martes, 17 de septiembre de 2019
jueves, 12 de septiembre de 2019
#653 - El Purgatorio
Para algunos católicos resulta un poco confuso y temeroso el tema del Purgatorio. Y es que todavía, muchos feligreses, y entre ellos algunos sacerdotes, presentan el purgatorio como un lugar de horribles tormentos, incluso para los niños que han muerto con algún pecado.
Mas hay que ir, como siempre, a lo que nuestra Madre Iglesia nos dice al respecto:
El número 1030 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que "Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de la muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo".
Es por estos fieles difuntos por lo que nuestra Iglesia, siguiendo una tradición que viene del Antiguo Testamento, ora en la Conmemoración de los Fieles Difuntos cada 2 de noviembre por estos hermanos nuestros, de manera que alcancen pronto el cielo. Y por la comunión de todos los fieles, esta iglesia purgante ora e intercede también por los que estamos aún peregrinando en la tierra.
San Juan Pablo II nos dejó una hermosa y alegre catequesis sobre el Purgatorio, como lo hizo también para el Cielo y el Infierno, que nos debe llenar de esperanza y no de temor con relación a este estado del alma.
Mas hay que ir, como siempre, a lo que nuestra Madre Iglesia nos dice al respecto:
El número 1030 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que "Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de la muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo".
Es por estos fieles difuntos por lo que nuestra Iglesia, siguiendo una tradición que viene del Antiguo Testamento, ora en la Conmemoración de los Fieles Difuntos cada 2 de noviembre por estos hermanos nuestros, de manera que alcancen pronto el cielo. Y por la comunión de todos los fieles, esta iglesia purgante ora e intercede también por los que estamos aún peregrinando en la tierra.
San Juan Pablo II nos dejó una hermosa y alegre catequesis sobre el Purgatorio, como lo hizo también para el Cielo y el Infierno, que nos debe llenar de esperanza y no de temor con relación a este estado del alma.
Catequesis sobre El purgatorio de Juan Pablo II: purificación necesaria para el encuentro con Dios
1. Como hemos visto en las dos catequesis anteriores, a partir de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante una alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece alejado de su presencia.
Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1030-1032).
2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo explícito. Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a través de algún tipo de purificación.
Según la legislación religiosa del Antiguo Testamento, lo que está destinado a Dios debe ser perfecto. En consecuencia, también la integridad física es particularmente exigida para las realidades que entran en contacto con Dios en el plano sacrificial, como, por ejemplo, los animales para inmolar (cf. Lv 22, 22), o en el institucional, como en el caso de los sacerdotes, ministros del culto (cf. Lv 21, 17-23). A esta integridad física debe corresponder una entrega total, tanto de las personas como de la colectividad (cf. 1R 8, 61), al Dios de la alianza de acuerdo con las grandes enseñanzas del Deuteronomio (cf. Dt 6, 5). Se trata de amar a Dios con todo el ser, con pureza de corazón y con el testimonio de las obras (cf . Dt 10, 12 s).
La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad debe pasar por la purificación. Un texto de san Pablo lo sugiere.
El Apóstol habla del valor de la obra de cada uno, que se revelará el día del juicio, v dice: «Aquel, cuya obra, construida sobre el cimiento (Cristo), resista, recibirá la recompensa. Mas aquel, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego» (1Co 3, 14-15).
3. Para alcanzar un estado de integridad perfecta es necesaria, a veces, la intercesión o la mediación de una persona. Por ejemplo, Moisés obtiene el perdón del pueblo con una súplica, en la que evoca la obra salvífica rea izada por Dios en el pasado e invoca si fidelidad al juramento hecho a los padres (cf. Ex 32, 30 y vv. 11-13). La figura del Siervo del Señor, delineada por el libro de Isaías, se caracteriza también por su función de interceder y expiar en favor de muchos; al término de sus sufrimientos, él «verá la luz» y «justificará a muchos», cargando con sus culpas (cf. Is 52, 13-53, 12, especialmente, 53, 11).
El Salmo 51 puede considerarse, desde la visión del Antiguo Testamento, una síntesis del proceso de reintegración: el pecador confiesa y reconoce la propia culpa (v. 6), y pide insistentemente ser purificado o «lavado» (vv. 4. 9. 12 y 16), para poder proclamar la alabanza divina (v. 17).
4. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el intercesor, que desempeña las funciones del sumo sacerdote el día de la expiación (cf. Hb 5, 7; 7, 25). Pero en él el sacerdocio presenta una configuración nueva y definitiva. Él entra una sola vez en el santuario celestial para interceder ante Dios en favor nuestro (cf. Hb 9, 23-26, especialmente el v. 24). Es Sacerdote y, al mismo tiempo, «víctima de propiciación» por los pecados de todo el mundo (cf. 1 Jn 2, 2).
Jesús, como el gran intercesor que expía por nosotros, se revelará plenamente al final de nuestra vida, cuando se manifieste con el ofrecimiento de misericordia, pero también con el juicio inevitable para quien rechaza el amor y el perdón del Padre.
El ofrecimiento de misericordia no excluye el deber de presentarnos puros o íntegros ante Dios, ricos de esa caridad que Pablo llama «vínculo de la perfección» (Col 3, 14).
5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para hallarnos firmes e irreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de «la venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos» (1Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a «purificamos de toda mancha de la carne y del espíritu» (2Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta.
Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma. La purificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida. Quienes después de la muerte viven en un estado de purificación ya están en el amor de Cristo, que los libera de los residuos de la imperfección (cf. concilio ecuménico de Florencia, Decretum pro Graecis: Denzinger-Schönmetzer, 1304; concilio ecuménico de Trento, Decretum de justificatione y Decretum de purgatorio: ib., 1580 y 1820).
Hay que precisar que el estado de purificación no es una prolongación de la situación terrena, como si después de la muerte se diera una ulterior posibilidad de cambiar el propio destino. La enseñanza de la Iglesia a este propósito es inequívoca, y ha sido reafirmada por el concilio Vaticano 11, que enseña: «Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así, terminada
única carrera que es nuestra vida en tierra (cf. Hb 9, 27), mereceremos entrar con él en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandarán ir, como siervos malos y perezosos al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde "habrá llanto y rechinar de dientes" (Mt 22, 13 y 25, 30)» (Lumen gentium, 48).
6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición de la Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto, quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032).
Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna.
lunes, 9 de septiembre de 2019
#652 - Plan de acción misionero
Lucas 4, 16-30
"Jesús comienza su ministerio publico en Nazareth. Retoma las palabras de Isaias para anunciar su plan de acción misionero, que esta inspirado por el Espíritu Santo, tiene como destinatarios privilegiados a los pobres y fija como objetivo la liberación de los oprimidos y la proclamación del año de gracia del Señor. El plan tiene coherencia con el reino de Dios, pero no es entendido ni aceptado por sus coterraneos, debido al fanatismo religioso y político que los enceguece. No pueden creer que alguien de ellos mismos sea el ungido de Dios. Aun hoy, nos cuesta creer en lo nuestro y los nuestros, en que la profecía puede ser un producto nacional".
Tomado de la Agenda Bíblica 2019
"Jesús comienza su ministerio publico en Nazareth. Retoma las palabras de Isaias para anunciar su plan de acción misionero, que esta inspirado por el Espíritu Santo, tiene como destinatarios privilegiados a los pobres y fija como objetivo la liberación de los oprimidos y la proclamación del año de gracia del Señor. El plan tiene coherencia con el reino de Dios, pero no es entendido ni aceptado por sus coterraneos, debido al fanatismo religioso y político que los enceguece. No pueden creer que alguien de ellos mismos sea el ungido de Dios. Aun hoy, nos cuesta creer en lo nuestro y los nuestros, en que la profecía puede ser un producto nacional".
Tomado de la Agenda Bíblica 2019
domingo, 8 de septiembre de 2019
#651 - Prioridades del Reino
Mateo 23, 23-32
"Jesús retoma la profecía para reiterar que la justicia y la misericordia, que defienden la vida del pobre, están por encima del culto y el diezmo... Revisemos nuestra coherencia de vida y pensemos si hoy podríamos ser llamados <bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios",
"Jesús les recuerda que la mejor manera de rendir culto a la memoria de los profetas no es la belleza externa, sino hacer lo que ellos profetizaron...La incoherencia de vida cristiana es un pecado mortal que sigue mancillando la misión y la credibilidad de la Iglesia".
Tomado de la Agenda Bíblica 2019
"Jesús retoma la profecía para reiterar que la justicia y la misericordia, que defienden la vida del pobre, están por encima del culto y el diezmo... Revisemos nuestra coherencia de vida y pensemos si hoy podríamos ser llamados <bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios",
"Jesús les recuerda que la mejor manera de rendir culto a la memoria de los profetas no es la belleza externa, sino hacer lo que ellos profetizaron...La incoherencia de vida cristiana es un pecado mortal que sigue mancillando la misión y la credibilidad de la Iglesia".
Tomado de la Agenda Bíblica 2019
jueves, 5 de septiembre de 2019
#650 - Bien y mal
Si estudiamos los primeros once capítulos del Libro del Génesis, podemos ver un resumen de toda la historia de la humanidad en lo respecta a su creación y su pecado; a esa antítesis de entre el bien y el mal.
Capítulo I - Dios lo creó todo bueno. Todo es orden y armonía. El día sexto crea todos los reinos: mineral, vegetal y animal; y crea al hombre, superior a todos, por ser hecho a Su imagen y semejanza.
Capítulo II y III- Entra el mal en el mundo. Desobediencia y castigo.
Capítulo IV - Fratricidio de Caín. La envidia y el odio rompen el amor entre hermanos.
Capítulo V - Descendencia de Adán y Eva hasta Noé.
Capítulo VI al IX - Dios salva a Noé y su familia y establece una Alianza con el.
Capítulo X - Descendientes de Noé.
Capítulo XI - La Torre de Babel. Pecado social. Los hombres se reúnen para retar nuevamente a Dios y terminan separados, sin entenderse unos a otros.
Esta secuencia del Génesis podemos aplicarnosla como individuos y como sociedad. Dios nos creó perfectos y a eso nos llama, a la santidad plena. Pero nuestros egoísmos y nuestra soberbia nos mueven en contra de ley natural que El inscribió en nosotros. Por eso nos matamos unos a otros y los pueblos se hacen la guerra.
Solamente cuando seamos criaturas en Cristo volverá la humanidad al orden y armonía primaria. Sigamos trabajando para que ese Día del Senor se haga presente pronto.
Capítulo I - Dios lo creó todo bueno. Todo es orden y armonía. El día sexto crea todos los reinos: mineral, vegetal y animal; y crea al hombre, superior a todos, por ser hecho a Su imagen y semejanza.
Capítulo II y III- Entra el mal en el mundo. Desobediencia y castigo.
Capítulo IV - Fratricidio de Caín. La envidia y el odio rompen el amor entre hermanos.
Capítulo V - Descendencia de Adán y Eva hasta Noé.
Capítulo VI al IX - Dios salva a Noé y su familia y establece una Alianza con el.
Capítulo X - Descendientes de Noé.
Capítulo XI - La Torre de Babel. Pecado social. Los hombres se reúnen para retar nuevamente a Dios y terminan separados, sin entenderse unos a otros.
Esta secuencia del Génesis podemos aplicarnosla como individuos y como sociedad. Dios nos creó perfectos y a eso nos llama, a la santidad plena. Pero nuestros egoísmos y nuestra soberbia nos mueven en contra de ley natural que El inscribió en nosotros. Por eso nos matamos unos a otros y los pueblos se hacen la guerra.
Solamente cuando seamos criaturas en Cristo volverá la humanidad al orden y armonía primaria. Sigamos trabajando para que ese Día del Senor se haga presente pronto.
miércoles, 4 de septiembre de 2019
#649 - Misión Continental
La Iglesia Católica de latinoamérica se ha lanzado a partir de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, el CELAM, realizada en Aparecida, Brasil en 2007, a una Misión Continental que renueve el mensaje de Cristo en todos los pueblos de esta región.
Hoy, las diversas Conferencias Episcopales de cada país tienen ya delineado y avanzando su Proyecto Nacional de Acciones Pastorales para esta Nueva Evangelización. Puerto Rico no es la excepción. Después de una preparación de unos 5 años, nuestra Asamblea Nacional a comenzado a desarrollar su plan. La Misión Continental en Puerto Rico se llamará "Misión Permanente".
Cinco núcleos que necesitaban atención y evangelización urgentes se identificaron como materia para trabajar: Matrimonio y Familia, Juventud, Educación, Economía y Pobreza y Salud.
Para que esta "Misión Permanente" de sus frutos todos los católicos de Latinoamérica y el Caribe estamos llamados a dar de nuestro tiempo y a salir de nuestra comodidad para comenzar a "Ver" qué necesidades hay en nuestro entorno familiar, social y de iglesia, para "Juzgar" sus prioridades y complejidades y poder "Actuar" para darle la solución cristiana que la Iglesia propone.
Únete a esta Misión con el espíritu de los primeros setenta y dos que el Señor envió a evangelizar. El te llama y espera tu respuesta.
Hoy, las diversas Conferencias Episcopales de cada país tienen ya delineado y avanzando su Proyecto Nacional de Acciones Pastorales para esta Nueva Evangelización. Puerto Rico no es la excepción. Después de una preparación de unos 5 años, nuestra Asamblea Nacional a comenzado a desarrollar su plan. La Misión Continental en Puerto Rico se llamará "Misión Permanente".
Cinco núcleos que necesitaban atención y evangelización urgentes se identificaron como materia para trabajar: Matrimonio y Familia, Juventud, Educación, Economía y Pobreza y Salud.
Para que esta "Misión Permanente" de sus frutos todos los católicos de Latinoamérica y el Caribe estamos llamados a dar de nuestro tiempo y a salir de nuestra comodidad para comenzar a "Ver" qué necesidades hay en nuestro entorno familiar, social y de iglesia, para "Juzgar" sus prioridades y complejidades y poder "Actuar" para darle la solución cristiana que la Iglesia propone.
Únete a esta Misión con el espíritu de los primeros setenta y dos que el Señor envió a evangelizar. El te llama y espera tu respuesta.
martes, 3 de septiembre de 2019
#648 - Cumplimiento de la Ley
Mateo 23, 13-22
Cuando Jesús denuncia a los escribas y fariseos, "La acusación es introducida siempre con <!ay de ustedes!>, no como expresión de lamento sino como sentencia que prepara un juicio contra las autoridades religiosas y políticas de Israel. El motivo de la denuncia es imponer al pueblo el cumplimiento de la ley como único camino de salvación olvidando que su sentido original era guiar a la comunidad para vivir en justicia y santidad. No es la ley la que salva, sino el compromiso en favor de la dignidad humana. Dos actitudes son las claves de tan deplorable comportamiento: la hipocresía y la ceguera para guiar a los demás. Las autoridades religiosas convirtieron la bondad de la ley en una estrategia de dominación, de corrupción y de enriquecimiento, imponiendo múltiples impuestos, sacrificios y ofrendas. La apariencia de santidad de escribas y fariseos es desenmascarada por Jesús..."
Tomado de la Agenda Bíblica 2019
Cuando Jesús denuncia a los escribas y fariseos, "La acusación es introducida siempre con <!ay de ustedes!>, no como expresión de lamento sino como sentencia que prepara un juicio contra las autoridades religiosas y políticas de Israel. El motivo de la denuncia es imponer al pueblo el cumplimiento de la ley como único camino de salvación olvidando que su sentido original era guiar a la comunidad para vivir en justicia y santidad. No es la ley la que salva, sino el compromiso en favor de la dignidad humana. Dos actitudes son las claves de tan deplorable comportamiento: la hipocresía y la ceguera para guiar a los demás. Las autoridades religiosas convirtieron la bondad de la ley en una estrategia de dominación, de corrupción y de enriquecimiento, imponiendo múltiples impuestos, sacrificios y ofrendas. La apariencia de santidad de escribas y fariseos es desenmascarada por Jesús..."
Tomado de la Agenda Bíblica 2019
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