Salmo 3
“Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito, invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo.
Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.”
(Como un Padre amoroso el vela, nos cuida y nos sostiene. Gracias Padre, gracias Hijo, gracias Espíritu Santo.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario