Primera carta del apóstol Juan
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
(Porque hemos sido creados a imagen y semejanza suya. Por eso seremos también santos como el es Santo.
Por puro amor nos consagró y lavó nuestro pecados derramando su sangre por nosotros. Respondamos cada día a ese amor amándonos unos a otros como el lo hizo.)
Buen día para todos
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