Mujer, qué grande es tu fe” (Mat. 15, 21-28)
Jesús no alaba la perseverancia ni el ingenio de esa mujer para abogar por su causa, alaba su fe. Esa fe que se expresa en los problemas con un grito de confianza.
“Qué te amemos, sabiendo de quien nos fiamos cuando nos fiamos de Ti” Escritos 93
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