Jesús pasó por este mundo compadeciéndose de todos los necesitados; curando a los enfermos y expulsando demonios.
Sin embargo parecería como si los cristianos no tuviéramos suficiente fe como para confiar en el Señor. Donde uno esperaría encontrar fe, ánimo, participación sólo halla duda, desesperanza, incomprensión. Y así queremos llevar a otros el mensaje de Cristo.
Pidamos al Señor que aumente nuestra fe y que nos llene de ánimo, esperanza y comprensión, para que seamos estimulo para quienes nos rodean. Porque un santo triste es un triste santo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario