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lunes, 29 de junio de 2020

#868 - La Iglesia en al que creemos 13



La Iglesia en la que creemos
Una, santa, católica y apostólica
Francis A. Sullivan, S.J
(Resumen sinóptico)




La Iglesia en la que creemos 13

La «catolicidad» de Cristo

“Por catolicidad de Cristo entendemos su papel como el «único mediador entre Dios y los hombres, el hombre Jesucristo, que se entregó a sí mismo como rescate por todos» (1 Tm 2, 5 sig).”

“San Pablo expresó la universalidad de Cristo en términos de cabeza de toda la creación y de ser el único en quien «moraba toda la plenitud de Dios»…en Efesios: «Dios puso todas las cosas bajo sus pies y le constituyó cabeza sobre todas las cosas de la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud del que lo llena todo en todo» (Ef 1, 22 sig.).” 

domingo, 7 de junio de 2020

#846 - La Iglesia en la que creemos 7


La Iglesia en la que creemos
Una, santa, católica y apostólica
Francis A. Sullivan, S.J
(Resumen sinóptico)


La Iglesia en la que creemos 7

Santidad de consagración
“…Tal santidad se atribuye a las personas y cosas que están apartadas y dedicadas a la obra divina, como el templo, el altar y los vasos sagrados, y sobre todo, los sacerdotes que ofrecen oraciones y sacrificios a Dios de parte del pueblo…Exige la santidad personal de una vida virtuosa dedicada a la adoración del Dios santo. Pero la santidad de consagración no depende de la virtud personal; es la idea de estar apartado y ungido, y así consagrado («hecho sagrado») para la obra y servicio de Dios”.
“La Biblia atribuye tal santidad sacerdotal no sólo a personas como Aarón, sino también a todo el pueblo de Israel”.
“…los escritores del Nuevo testamento se refieren a la Iglesia con todos los términos que habían descrito la santidad del pueblo de Dios de la vieja ley. Esto incluye la santidad de consagración al servicio sacerdotal de Dios. Así, el escritor de la primera carta de Pedro exhorta a los lectores: «Vosotros, como piedras vivas entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación se Jesucristo»”.
En el segundo capítulo, articulo 10, de la Lumen Gentium nos dice: “…«Los bautizados son consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo por la regeneración y la unción del Espíritu Santo…»”.
“La teología cristiana tradicional entiende que esta participación en el sacerdocio de Cristo es algo que caracteriza permanentemente a los que han sido bautizados. A diferencia de los dones de gracia santificante y del Espíritu Santo, una persona que cometa pecado mortal no los pierde. Es un «carácter» o «maraca espiritual» que distingue a los bautizados como personas consagradas a Cristo y participes de su sacerdocio”.
“…toda la Iglesia permanece como un pueblo consagrado a la obra de Dios…”.