Mateo 13, 54-58
“<Vino a los suyos y los suyos no lo reconocieron>, nos dice el prólogo del evangelio de Juan. En Jesús, Dios se acercó discretamente. Se manifestó en la humildad de nuestra carne. Esa manera de hablar de Dios, esa interpretación del Reino de Dios, esa libertad frente a la las prácticas de culto en sábado, esas curaciones y liberaciones realizadas desconciertan. Todo eso provoca asombro, interrogantes y escándalo. ¿Cómo se atreve a hablar así si no ha cursado estudios en ninguna universidad y tampoco pertenece a la clase sacerdotal? Es simplemente el hijo de un carpintero…Si él es pueblo-pueblo…Conocemos a su familia. ¿Cómo se atreve? Solo la fe es un camino abierto para reconocer la presencia de Dios en la cotidianidad. Es una tentación querer encontrarlo buscando cosas fantásticas y maravillosas. La gloria de Dios está presente en la monotonía de las horas y los días. Damos gracias a Dios Padre, unidos a Jesús, por haber revelado estas cosas a la gente sencilla. ¿Es así como experimentamos al Dios de Jesús?
Del Diario Bíblico Claretiano 2024
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