Evangelio de Juan
“Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.”
(Cristo, resucitado de entre los muertos, sigue presente como alimento que vivifica nuestras almas. Acudamos a Él asiduamente y proclamemos a todos esta Buena Nueva. Así seremos sus discípulos y misioneros.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario