En vista a la próxima encuesta como preparación para la Segunda Sesión del Sínodo le comparto un resumen de lo realizado hasta hora:
Síntesis sínodo
1. La sinodalidad: experiencia y comprensión
Cuestiones que afrontar
j) Partiendo del trabajo de reflexión ya realizado, se requiere precisar el significado de sinodalidad en diversos niveles, desde el uso pastoral al teológico y canónico, superando el riesgo de que suene demasiado vago o genérico, o que aparezca como una moda pasajera. Al mismo tiempo, se ve necesario aclarar la relación entre sinodalidad y comunión, así como el de sinodalidad y colegialidad.
k) Ha surgido el deseo de valorar las diferencias prácticas y la comprensión de la sinodalidad entre las tradiciones del Oriente cristiano y la tradición latina, incluso en el proceso sinodal en curso, favoreciendo el encuentro entre ellas.
l) En particular, se han hecho manifiestas las muchas expresiones de la vida sinodal en contextos culturales en los que las personas están habituadas a caminar juntas como comunidad. En esta
línea, se puede afirmar que la práctica sinodal forma parte de la respuesta profética de la Iglesia al individualismo que se repliega sobre sí mismo, a un populismo que divide y a una globalización que homogeneiza, eliminando las diferencias. No resuelve estos problemas, pero ofrece un modo
alternativo de ser y de obrar lleno de esperanza, que integra la pluralidad de perspectivas para ser ulteriormente explorado e iluminado.
Propuestas
m) La riqueza y la profundidad de la experiencia vivida nos llevan a señalar como prioritaria la ampliación del número de personas implicadas en caminos sinodales, superando los obstáculos a
la participación puestos hasta ahora, así como el sentimiento de desconfianza y los temores que algunos albergan.
n) Es preciso desarrollar modalidades para una más activa implicación de diáconos, presbíteros y obispos en el proceso sinodal durante el próximo año. Una Iglesia sinodal no puede verse privada de sus voces, de sus experiencias y de sus aportaciones. Necesitamos comprender las razones de la resistencia a la sinodalidad de algunos de ellos.
o) Finalmente, ha aparecido también la necesidad de que la cultura sinodal se convierta en más intergeneracional, con espacios que permitan a los jóvenes hablar libremente con sus familias,
con sus contemporáneos y con sus pastores, también a través de los canales digitales.
p) Se propone promover, en lugar oportuno, el trabajo teológico de profundización terminológica y
conceptual de la noción y de la práctica de la sinodalidad antes de la Segunda Sesión de la Asamblea, ayudándose del rico patrimonio de estudios que siguieron al Concilio Vaticano II y, en particular, de los documentos de la Comisión Teológica Internacional sobre La sinodalidad en la
vida de la Iglesia (2018) y El sensus fidei en la vida de la Iglesia (2014).
q) Una análoga aclaración, requieren también las implicaciones canónicas de la perspectiva de la sinodalidad. A este respecto, se propone la institución de una comisión internacional a propósito
de teólogos y canonistas, en vistas a la Segunda Asamblea.
r) Parece llegado el momento de una revisión del Código de Derecho Canónico y del Código de las Iglesias Orientales. Póngase en marcha, por tanto, un estudio preliminar.