miércoles, 25 de octubre de 2023

#2055 - Primera sesión del Sínodo 3

 Primera sesión del Sínodo 3

B 1.3 ¿Cómo puede crecer una relación dinámica de intercambio de dones entre las Iglesias?

La comunión a la que está llamada la Iglesia es una relación dinámica de intercambio de dones, que da testimonio de una unidad trascendente en la diversidad. Uno de los dones más significativos del proceso sinodal realizado hasta ahora es el redescubrimiento de la riqueza de la diversidad y la profundidad de nuestra interconexión. Esta diversidad e interconexión no amenazan, sino que proporcionan el contexto para una recepción más profunda de nuestra unidad de creación, vocación y destino.

El proceso sinodal se vivió de forma apasionada y viva en el ámbito local de la Iglesia, especialmente cuando se dieron ocasiones de conversación en el Espíritu. El DEC ha tratado de poner de relieve las diferentes formas de esta vitalidad, subrayando al mismo tiempo la extraordinaria convergencia sobre cuestiones y temas que han surgido en los diversos contextos. Durante las Asambleas continentales, después, se descubrieron como un don precioso ciertos aspectos de la vida de la Iglesia en contextos muy diferentes. Al mismo tiempo, se entabló una relación más profunda con la diversidad que caracteriza a las distintas regiones: diferencias entre Iglesias de un mismo continente, así como diferencias en la expresión de la catolicidad, debidas a la presencia de comunidades católicas latinas y orientales en un mismo territorio, a menudo como resultado de oleadas migratorias y de la formación de comunidades en diáspora. En realidad, como observó una Asamblea continental, nos hemos experimentado muy concretamente como «comunidades de comunidades», constatando los dones que así recibimos y las tensiones que pueden surgir.

Estas reuniones dieron lugar a observaciones compartidas e incluso a peticiones explícitas:

a) Se desea que las diferentes tradiciones de regiones e Iglesias específicas puedan ser escuchadas y participar en la conversación eclesial y teológica, a menudo dominada por voces latinas/occidentales. La dignidad de los bautizados se reconoce como un punto clave en muchos contextos; del mismo modo, en particular para muchos miembros de las Iglesias orientales católicas, el Misterio Pascual celebrado en los sacramentos de la iniciación cristiana sigue siendo el centro de la reflexión sobre la identidad de los cristianos y de la Iglesia sinodal.

b) Las Iglesias orientales católicas tienen una larga y distinguida experiencia de sinodalidad, compartida con las Iglesias ortodoxas, una tradición a la que desean que se preste atención en las discusiones y el discernimiento de este proceso sinodal.

c) Asimismo, existen realidades específicas y particulares que los cristianos orientales en la diáspora afrontan en nuevos contextos, junto con sus hermanos y hermanas ortodoxos. Es deseable que las Iglesias orientales católicas en la diáspora puedan conservar su identidad y ser reconocidas como algo más que comunidades étnicas, es decir, como Iglesias sui iuris con ricas tradiciones espirituales, teológicas y litúrgicas que contribuyen a la misión de la Iglesia hoy, en un contexto global.

Pregunta para el discernimiento

¿Cómo puede cada Iglesia local, sujeto de misión en el contexto en el que vive, potenciar, promover e integrar el intercambio de dones con las otras Iglesias locales, en el horizonte de la única Iglesia católica? ¿Cómo pueden las Iglesias locales ayudar a promover la catolicidad de la Iglesia en una relación armoniosa entre unidad y diversidad, preservando la especificidad de cada una?

Sugerencias para la oración y la reflexión preparatoria

1) ¿Cómo concienciar de que la Iglesia una y católica es ya, y desde el inicio, portadora de una rica y multiforme diversidad?

2) ¿Con qué gestos podrían las distintas Iglesias locales donarse hospitalidad recíproca para beneficiarse de un intercambio de dones eclesiales y manifestar la comunión en la liturgia, la espiritualidad, la pastoral y la reflexión teológica? En particular, ¿cómo activar un intercambio entre las experiencias y las visiones de la sinodalidad entre las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Latina?

3) ¿Cómo podría la Iglesia latina desarrollar una mayor apertura a las tradiciones espirituales, teológicas y litúrgicas de las Iglesias orientales católicas?

4) ¿Cómo pueden las Iglesias orientales católicas en la diáspora preservar su identidad y ser reconocidas como algo más que comunidades étnicas?

5) Algunas Iglesias viven situaciones muy precarias. ¿Cómo pueden las demás Iglesias hacerse cargo de sus sufrimientos y proveer a sus necesidades, poniendo en práctica las enseñanzas del apóstol Pablo, que pedía a las comunidades de Grecia que apoyaran generosamente a la de Jerusalén: «En este momento, vuestra abundancia remedia su carencia, para que la abundancia de ellos remedie vuestra carencia; así habrá igualdad» (2 Co 8,14)? ¿Qué papel pueden desempeñar a este respecto las instituciones mundiales y las de la Santa Sede dedicadas al servicio de la caridad?

6) ¿Cómo pueden tenerse en cuenta y poner en valor las aportaciones y experiencias de las Iglesias locales en la elaboración del Magisterio y de las normas eclesiásticas a nivel universal?

7) En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, ¿cómo podemos desarrollar el tejido de relaciones entre Iglesias locales de la misma región y también de distintos continentes? ¿Cómo puede la creciente movilidad humana y, por tanto, la presencia de comunidades migrantes, convertirse en una oportunidad para establecer vínculos entre las Iglesias e intercambiar dones? ¿Cómo gestionar de forma constructiva las tensiones y los malentendidos que puedan surgir entre fieles de culturas y tradiciones diferentes?

8) ¿Cómo pueden las instituciones globales de la Iglesia, empezando por las que dependen de la Santa Sede y los dicasterios de la Curia Romana, favorecer la circulación de los dones entre las Iglesias?

9) ¿Cómo hacer activo y fecundo el intercambio de experiencias y dones no sólo entre las diversas Iglesias locales, sino también entre las diversas vocaciones, carismas y espiritualidades dentro del Pueblo de Dios: institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, asociaciones y movimientos laicales, nuevas comunidades? ¿Cómo asegurar la participación de las comunidades de vida contemplativa en este intercambio?

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