martes, 18 de octubre de 2022

#1688 - “Evangelio de la Sagrada Escritura

“Evangelio” de la Sagrada Escritura

Septiembre 2022

Durante este pasado mes de septiembre, en nuestra Diócesis de Ponce, Puerto Rico, se repartió a todas las parroquias que la componen, un opúsculo (brochure) con un breve rito para entronizar la Santa Biblia en los hogares.Como parte de esta actividad se pedía reflexionar la Palabra diaria en cada hogar.De estas lecturas diarias se ha desarrollado esta reflexión.

“… la virgen está embarazada, dará a luz un hijo que se llamará Enmanuel, que significa ‘Dios con nosotros’.” (Mateo 1,23). Es a esta madre a quien Jesús nos entrega desde la cruz – “Ahí tienes a tu madre.” (Juan 19,27). En Lucas 8,21, Jesús describe a su madre como aquella que escucha la Palabra y la cumple y nos invita a hacer lo mismo.

Es Pedro quien proclama a viva voz quién es Jesús, cuando éste les pregunta a los apóstoles quién decía la gente que era él. Pedro contestó: “Tu eres el Mesías de Dios” (Lucas 9,20); Natanael también le reconoció y le dijo: “Tu eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel”. (Juan 1,49). La gente se preguntaba: “¿Quién será éste de quien oigo tales cosas?” (Lucas 9,9). “El Hijo del Hombre es Señor del sábado.” (Lucas 6,1-5).  

“Jesús fue recorriendo ciudades y pueblos proclamando la Buena Noticia del Reino de Dios.” (Lucas 8,1). “Salía de Él una fuerza que sanaba a todos.” (Lucas 6,19). “Muchacho, yo te lo ordeno, levántate.” (Lucas 7,14). “No tiene necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.” (Mateo 9,12).  El centurión romano tuvo fe en Jesús y por eso su sirviente fue curado, (Lucas 7, 6). Y recibe como un Padre misericordioso al hijo pródigo, (Lucas 15,32).

Jesús escoge a doce apóstoles y los envía a ser pescadores de hombres. (Lucas 5, 1-11). “Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él.” (Juan 3,17). “El que a ustedes escucha a mí me escucha, el que a ustedes desprecia a mí me desprecia, y quien a mi me desprecia, desprecia al que me envió.” (Lucas 10,16). “Quien recibe a este niño en mi nombre, a mi me recibe.” (Lucas 9,48). Pero también les advierte: “El que ha puesto en el arado y mira atrás no es apto para el Reino.” (Lucas 9,52).

Jesús nos invita a ser hombres nuevos. “A vino nuevo, odres nuevos.” (Lucas 5,38). “El hombre bueno saca cosas buenas de su corazón.” (Lucas 6, 45). “No pueden servir a Dios y al dinero.” (Mateo 6,24).

Jesús nos invita a llevar la luz de Su Palabra a todos los hombres. “Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija… sino que la coloca en el candelero para que los que entran vean la luz.” (Lucas 8,16). “Alégrense y llénense de gozo, porque el premio en el cielo es abundante.” (Lucas 6,23). Al rico epulón le dice: “Hijo, recuerda que en vida recibiste bienes y Lázaro por su parte desgracias. Ahora él es consolado y tú atormentado.” (Lucas 16,25). Y a nosotros nos dice: “Saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver claramente para sacar la pelusa del ojo de tu hermano.” (Lucas 6,42).

Al final de su misión en la tierra emprendió decidido el viaje a Jerusalén y dijo a los apóstoles: “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.” Y a nosotros nos dice: “… quien no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo.” (Lucas 14,27).

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