Exhortación Apostólica “Los fieles laicos” de San Juan Pablo II
Los enfermos y los que sufren
53. … En su Mensaje final, los
Padres sinodales se han dirigido con estas palabras a los hombres y mujeres
afectados de las más diversas formas de sufrimiento y de dolor, con estas
palabras: «Vosotros,
los abandonados y marginados por nuestra sociedad consumista; vosotros, enfermos,
minusválidos, pobres, hambrientos, emigrantes, prófugos, prisioneros, desocupados,
ancianos, niños abandonados y personas solas; vosotros, victimas de la guerra y
de toda violencia que emana de nuestra sociedad permisiva: la Iglesia participa
de vuestro sufrimiento que conduce al Señor, el cual os asocia a su Pasión
redentora y os hace vivir a la luz de su Redención… Haremos todo lo posible para
que encontréis el lugar al que tenéis derecho en la sociedad y en la Iglesia».
… Los enfermos, en efecto, son la
expresión mas frecuente y más común del sufrir humano.
… Las palabras del apóstol Pablo
han de convertirse en su programa de vida… «Completo en mi carne lo que
falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia»
(Col 1,24).
… El hombre que sufre es camino de la
Iglesia porque, antes que nada, es camino del mismo Cristo, el buen samaritano
que «no pasó de largo», sino que «tuvo compasión y acercándose, vendo sus
heridas (…) y cuidó de él» (Lc 10, 32-34).
A lo largo de los siglos, la comunidad
cristiana ha vuelto a copiar la parábola evangélica del buen Samaritano… Esto
ha tenido lugar mediante el testimonio de la vida religiosa consagrada al
servicio de los enfermos y mediante el infatigable esfuerzo de todo el personal
sanitario… ellos, médicos, enfermeros, otros miembros del personal sanitario,
voluntarios, están llamados a ser la imagen viva de Cristo y de su Iglesia en
el amor a los enfermos y los que sufren.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario