Amoris
Laetitia 35
Alegría
y belleza
126.
En el matrimonio
conviene cuidar la alegría del amor. Cuando la búsqueda del placer es obsesiva,
nos encierra en una sola cosa y nos incapacita para encontrar otro tipo de
satisfacciones. La alegría, en cambio, amplia la capacidad de gozar y nos
permite encontrar gusto en realidades variadas, aun en las etapas de la vida
donde el placer se apaga…La alegría matrimonial, que puede vivirse aun en medio
del dolor, implica aceptar que el matrimonio es una necesaria combinación de
gozos y de esfuerzos, de tensiones y de descanso, de sufrimientos y de
liberaciones, de satisfacciones y de búsqueda, de molestias y de placeres,
siempre en el campo de la amistad…
127.
El amor de amistad
se llama «caridad» cuando se capta y aprecia el «alto valor» que tiene el otro.
La belleza…que no coincide con sus atractivos físicos o psicológicos- nos
permite gustar la sagrado de su persona, sin la imperiosa necesidad de
poseerle…este amor que se libera del deseo de posesión egoísta…Nos lleva a
vibrar ante una persona con un inmenso respeto y con un cierto temor de hacerle
daño o de quitarle su libertad…esto me permite buscar su bien también cuando sé
que no puede ser mío o cuando se ha vuelto físicamente desagradable, agresivo o
molesto.
128.…!Cuantas cosas hacen a veces los cónyuges y los hijos para
ser mirados y tenidos en cuenta!... Eso es que expresan algunas quejas y
reclamos que se escuchan en las familias: «Mi esposo no me mira, para el parece
que soy invisible». «Por favor, mírame cuando te hablo». «Mi esposa ya no me
mira, ahora solo tiene ojos para sus hijos».
130...Pocas alegrías humanas son tan
ondas y festivas como cuando dos personas que se aman han conquistado juntos
algo que les costó un gran esfuerzo compartido.
¿La alegría de estar
juntos, en las buenas y en las malas, ha dominado su relación?
¿Cómo has podido
mantener ese balance de atención entre ustedes y, entre ustedes y sus hijos?
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