En el ultimo capitulo (5) de la Exhortación Apostólica "Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual", que el Papa Francisco titula Combate, vigilancia y discernimiento, se nos presenta un tratado sobre la existencia del demonio.
Resumiendo, nos dice Francisco en el no. 166: " ?Como saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen esta en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es el discernimiento...un don que hay que pedir...al Espíritu Santo..."
Continua diciéndonos el Santo Padre en el no.168: "...las fuerzas del mal nos inducen a no cambiar, a dejar las cosas como estan, a optar por el inmovilismo o la rigidez. Entonces impedimos que actúe el soplo del Espíritu. Somos libres, con la libertad de Jesucristo, pero el nos llama a examinar lo que hay dentro de nosotros - deseos, angustias, temores, búsquedas - y lo que sucede fuera de nosotros - los <signos de los tiempos>- para reconocer los caminos de la libertad plena: <Examinenlo todo; quédense con lo bueno> (1Ts 5,21)."
Y añade en el no. 169 " ...pido a todos los cristianos que no dejen de hacer cada día, en dialogo con el Señor que nos ama, un sincero <examen de conciencia> . Al mismo tiempo, el discernimiento nos lleva a reconocer los medios concretos que el Señor predispone en su misterioso plan de amor, para que no nos quedemos solo en las buenas intenciones."
No. 170: "...el discernimiento espiritual no excluye los aportes de sabidurías humanas, existenciales, psicológicas o morales. Pero las transciende. Ni siquiera le bastan las sabias normas de la Iglesia....Aunque incluya la razón y la prudencia, las supera... No está en juego solo un bienestar temporal, ni la satisfaccion de hacer algo útil, ni siquiera el deseo de tener la conciencia tranquila. Está en juego el sentido de mi vida ante el Padre que me conoce y me ama, el verdadero para que de mi existencia que nadie conoce mejor que el."
No. 172: "Hay que recordar que el discernimiento orante requiere partir de una disposición a escuchar: al Señor, a los demás, a la realidad misma que siempre nos desafía de maneras nuevas. Solo quien está dispuesto a escuchar tiene la libertad para renunciar a su propio punto de vista parcial o insuficiente, a sus costumbres, a sus esquemas. Así está realmente disponible para acoger un llamado que rompe sus seguridades pero que lo lleva a una vida mejor, porque no basta que todo vaya bien, que todo este tranquilo. Dios puede estar ofreciendo algo mas, y en nuestra distracción cómoda no lo reconocemos."
No. 174: "...estar dispuestos a renuncias hasta darlo todo."
No. 175: "...hace falta pedirla al Espíritu Santo que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada en algunos aspectos de la propia vida."
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