El Senor Jesús siente compasión por la muerte del hijo de una viuda (Lucas, 7, 11-17). Cuantas conocemos nosotros que han pasado por esta misma dolorosa pena. También a ellas Jesús les da la mano y hace nacer la certeza de que su hijo continua vivo para siempre en las habitaciones que el nos tiene preparadas a todos lo que en el creemos. gracias, Senor por esta vida eterna que nos compraste con tu muerte en cruz.
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