viernes, 28 de abril de 2017

#131 - La visita de Papa Francisco a Egipto es un gran signo de la unión que debe existir entre todos los católicos, cristianos y musulmanes del mundo. Solo así lograremos los caminos de paz que transformen a el mundo.

En Puerto Rico, hoy estamos viviendo momentos que exigen de igual manera la unión de todos, sobre todo, de todas las denominaciones religiosas, de manera que se e  superen las líneas político partidistas que tanto nos dividen.

Es tiempo de denunciar, como lo hicieron los profetas, lo que se hecho mal y con transparencia admitir la parte de culpa de cada uno por la crisis económica, pero más que nada moral, que estamos viviendo.  Nuestros Obispos católicos  han hablado claro  y han propuesto soluciones reales a nuestra situación actual. Como católicos debemos  escucharles y apoyarles. De así hacerlo le daría una fuerte legitimidad a esta lucha.

La Doctrina Social de la Iglesia respalda la posición de nuestros pastores han asumido. Unámonos a sus reclamos y marchemos por Puerto Rico, sin miedo, por que Cristo nos ilumina.

jueves, 27 de abril de 2017

#130 - Nos dice Juan en el capítulo 3, 16-21 de su Evangelio  que "Dios no envió a el mundo a su hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él ...El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz."

 E ahí la verdad sobre el mensaje de Cristo. Que Jesús vino a traer paz y sanación y entregó su vida para darnos vida. Por eso perdono a todos los que en el creyeron . Y no juzgo nunca a quien se le acercó con alguna necesidad. para todos derramó su misericordia abundantemente.

Por esto es que nos dice Juan que somos cada uno de nosotros quienes al rechazar a Jesús, Luz del mundo, nos hemos condenado a la oscuridad, a la muerte de nuestra alma.

Siempre hay tiempo para abrirnos a esa Luz. No lo dejemos para luego.

viernes, 21 de abril de 2017

#122 - Jesús se aparece, luego de resucitar a los discípulos, que por miedo estaban encerrados y  abatidos. Y les enseña las marcas de su crucifixión, las heridas de los clavos y la herida en el costado. Y es esta experiencia la que les convence de que es el mismo Jesús que vieron morir en la cruz. Sobre todo Tomás lo expresa de manera extraordinaria reconociendolo como el Señor y como Dios.

Luego de este momento de ver al Maestro, Jesús le da el don del Espíritu Santo. Este le da paz y ánimo y poder para llevar a todos el Reino de Dios en todas sus manifestaciones: conversión, sanación, milagros.

Pienso que hoy tenemos que saber ver en los llagados física y emocionalmente del mundo a ese mismo Cristo que se presentó a sus discípulos. Solo así recibiremos también la fuerza del Espíritu que nos lance a servir a los necesitados que encontremos en nuestros ambientes.

domingo, 16 de abril de 2017

#118 - Domingo de Pascua de Resurrección.

Los cristianos del mundo entero nos regocijamos en este dia porque es la mayor de todas las fiestas de nuestra religión:  El triunfo de Jesús sobre la muerte, y con este acontecimiento  se abren las puertas del cielo para todos los que en El crean. Por esto es una fiesta que se prolongará por cincuenta días, hasta el dia de Pentecostes.

Nuestro Papa pronuncia en este dia su mensaje a la Iglesia y al mundo entero. Escuchemoslo.

Mensaje Pascual del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas,
Feliz Pascua.
Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado. Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho (cf. Lc 24,34; Mt 28,5-6).
La antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el camino a la vida eterna.
Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos proclamar: ‘Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya’ (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de la Comunión).
En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo. Y con los signos de la Pasión –las heridas de su amor misericordioso– nos atrae hacia su camino, el camino de la vida. También hoy, él toma sobre sus hombros a tantos hermanos nuestros oprimidos por tantas clases de mal.
El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación; va a su encuentro mediante hermanos y hermanas que saben acercarse a esas personas con respeto y ternura y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que los convoca de nuevo a la amistad con Dios.
Se hace cargo de cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias. Se hace cargo de los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados, y de quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa.
El Pastor Resucitado se hace compañero de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino común.
Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas.
Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. El vil ataque de ayer a los prófugos que huían ha provocado numerosos muertos y heridos. Que conceda la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen.
Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor.
Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia. Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho.
Que el Buen Pastor ayude a Ucrania, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias.
Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes.
Queridos hermanos y hermanas, este año los cristianos de todas las confesiones celebramos juntos la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: «Era verdad, ha resucitado el Señor». Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

sábado, 15 de abril de 2017

#117 - Viernes santo.

Lecturas:

  • Isaías 52:13--53:12
    13 He aquí que prosperará mi Siervo, será enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera.
    14 Así como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana -
    15 otro tanto se admirarán muchas naciones; ante él cerrarán los reyes la boca, pues lo que nunca se les contó verán, y lo que nunca oyeron reconocerán.
    1 ¿Quién dio crédito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh ¿a quién se le reveló?
    2 Creció como un retoño delante de él, como raíz de tierra árida. No tenía apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenía aspecto que pudiésemos estimar.
    3 Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta.
    4 ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado.
    5 El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados.
    6 Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
    7 Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca.
    8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de su pueblo ha sido herido;
    9 y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
    10 Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano.
    11 Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará.
    12 Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebledes.
  • Salmo responsorial

    Salmo 31:2, 6, 12-13, 15-17, 25
    2 En ti, Yahveh, me cobijo, ¡oh, no sea confundido jamás! ¡Recóbrame por tu justicia, líbrame,
    6 en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. Dios de verdad,
    12 De todos mis opresores me he hecho el oprobio; asco soy de mis vecinos, espanto de mis familiares. Los que me ven en la calle huyen lejos de mí;
    13 dejado estoy de la memoria como un muerto, como un objeto de desecho.
    15 Mas yo confío en ti, Yahveh, me digo: «¡Tú eres mi Dios!»
    16 Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y perseguidores;
    17 haz que alumbre a tu siervo tu semblante, ¡sálvame, por tu amor!
    25 ¡Valor, que vuestro corazón se afirme, vosotros todos que esperáis en Yahveh!
  • Segunda lectura

    Hebreos 4:14-16; 5:7-9
    14 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos.
    15 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
    16 Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.

    7 El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente,
    8 y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia;
    9 y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,
  • Evangelio

    Juan 18:1--19:42
    1 Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos.
    2 Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos.
    3 Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas.
    4 Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?»
    5 Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos.
    6 Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra.
    7 Les preguntó de nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno».
    8 Respondió Jesús: «Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.»
    9 Así se cumpliría lo que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.»
    10 Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
    11 Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?»
    12 Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, le ataron
    13 y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suero de Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año.
    14 Caifás era el que aconsejó a los judíos que convenía que muriera un solo hombre por el pueblo.
    15 Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el atrio del Sumo Sacerdote,
    16 mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Entonces salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la portera e hizo pasar a Pedro.
    17 La muchacha portera dice a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?» Dice él: «No lo soy.»
    18 Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose.
    19 El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina.
    20 Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas.
    21 ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ellos saben lo que he dicho.»
    22 Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba, dio una bofetada a Jesús, diciendo: «¿Así contestas al Sumo Sacerdote?»
    23 Jesús le respondió: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?»
    24 Anás entonces le envió atado al Sumo Sacerdote Caifás.
    25 Estaba allí Simón Pedro calentándose y le dijeron: «¿No eres tú también de sus discípulos?» El lo negó diciendo: «No lo soy.»
    26 Uno de los siervos del Sumo Sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dice: «¿No te vi yo en el huerto con él?»
    27 Pedró volvió a negar, y al instante cantó un gallo.
    28 De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder así comer la Pascua.
    29 Salió entonces Pilato fuera donde ellos y dijo: «¿Qué acusación traéis contra este hombre?»
    30 Ellos le respondieron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.»
    31 Pilato replicó: «Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra Ley.» Los judíos replicaron: «Nosotros no podemos dar muerte a nadie.»
    32 Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué muerte iba a morir.
    33 Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»
    34 Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?»
    35 Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?»
    36 Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.»
    37 Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para est he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»
    38 Le dice Pilato: «¿Qué es la verdad?» Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún delito en él.
    39 Pero es costumbre entre vosotros que os ponga en libertad a uno por la Pascua. ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos?»
    40 Ellos volvieron a gritar diciendo: «¡A ése, no; a Barrabás!» Barrabás era un salteador.
    1 Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.
    2 Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;
    3 y, acercándose a él, le decían: «Salve, Rey de los judíos.» Y le daban bofetadas.
    4 Volvió a salir Pilato y les dijo: «Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en él.»
    5 Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: «Aquí tenéis al hombre.»
    6 Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» Les dice Pilato: «Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en él.»
    7 Los judíos le replicaron: «Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios.»
    8 Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más.
    9 Volvió a entrar en el pretorio y dijo a Jesús: «¿De dónde eres tú?» Pero Jesús no le dio respuesta.
    10 Dícele Pilato: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte?»
    11 Respondió Jesús: «No tendrías contra mí ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba; por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado.»
    12 Desde entonces Pilato trataba de librarle. Pero los judíos gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César.»
    13 Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá.
    14 Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey.»
    15 Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!» Les dice Pilato: «¿A vuestro Rey voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que el César.»
    16 Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús,
    17 y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota,
    18 y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
    19 Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»
    20 Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego.
    21 Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El Rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos".»
    22 Pilato respondió: «Lo que he escrito, lo he escrito.»
    23 Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo.
    24 Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca.» Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados.
    25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
    26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
    27 Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
    28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.»
    29 Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca.
    30 Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
    31 Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran.
    32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él.
    33 Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas,
    34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.
    35 El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis.
    36 Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le quebrará hueso alguno.
    37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
    38 Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo.
    39 Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.
    40 Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar.
    41 En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado.
    42 Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.

jueves, 13 de abril de 2017

#116 - Jueves Santo.

Lecturas:

  • Éxodo 12:1-8, 11-14
    1 Dijo Yahveh a Moisés y Aarón en el país de Egipto:
    2 «Este mes será para vosatros el comienzo de los meses; será el primero de los meses del año.
    3 Hablad a toda la comunidad de Israel y decid: El día diez de este mes tomará cada uno para sí una res de ganado menor por familia, una res de ganado menor por casa.
    4 Y si la familia fuese demasiado reducida para una res de ganado menor, traerá al vecino más cercano a su casa, según el número de personas y conforme a lo que cada cual pueda comer.
    5 El animal será sin defecto, macho, de un año. Lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
    6 Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes; y toda la asamblea de la comunidad de los israelitas lo inmolará entre dos luces.
    7 Luego tomarán la sangre y untarán las dos jambas y el dintel de las casas donde lo coman.
    8 En aquella misma noche comerán la carne. La comerán asada al fuego, con ázimos y con hierbas amargas.
    11 Así lo habéis de comer: ceñidas vuestras cinturas, calzados vuestros pies, y el bastón en vuestra mano; y lo comeréis de prisa. Es Pascua de Yahveh.
    12 Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, Yahveh.
    13 La sangre será vuestra señal en las casas donde moráis. Cuando yo vea la sangre pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora cuando yo hiera el país de Egipto.
    14 Este será un día memorable para vosotros, y lo celebraréis como fiesta en honor de Yahveh de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre».
  • Salmo responsorial

    Salmo 116:12-13, 15-18
    12 ¿Cómo a Yahveh podré pagar todo el bien que me ha hecho?
    13 La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Yahveh.
    15 Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman.
    16 ¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!
    17 Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yahveh.
    18 Cumpliré mis votos a Yahveh, sí, en presencia de todo su pueblo,
  • Segunda lectura

    I Corintios 11:23-26
    23 Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
    24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»
    25 Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bibiereis, hacedlo en recuerdo mío.»
    26 Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.
  • Evangelio

    Juan 13:1-15
    1 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
    2 Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle,
    3 sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía,
    4 se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó.
    5 Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
    6 Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?»
    7 Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.»
    8 Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.»
    9 Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.»
    10 Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
    11 Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.»
    12 Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?
    13 Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy.
    14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
    15 Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.
Hoy, celebra nuestra Iglesia, la institución, por parte del mismo Jesús, del Sacramento de la Eucaristía y del sacramento del Orden presbiteral o sacerdotal. 

En la Eucaristía, como nos dice Pablo, Jesús se quedó como alimento de Vida en las especies del pan y  del vino. Para ello le dio a sus apóstoles el poder de realizar este misterio, en su nombre, hasta que El vuelva. Por esto, al ser los presbíteros sellados con la unción del Espíritu Santo, se configuran con Cristo Sacerdote, de suerte que puedan obrar como en persona de Cristo. 

Pero Cristo quiso en esa noche de la Cena demostrarles a sus apostoles y discipulos que aquella entrega suya tenia que traducirse en el servicio pleno, humilde y amoroso a los demás. Por eso les lava los pies, haciéndose esclavo de todos.

Si tu participación frecuente de la Eucaristía no te lleva a esta entrega de servicio a los demás, algo te falta aun para conformarte a Cristo. Pídele hoy al Señor que te renueve y puedas ser en plenitud verdadero discípulo suyo. Que la Pascua de Resurrección que se avecina sea ese nuevo comienzo.


miércoles, 12 de abril de 2017

#115 - Miércoles Santo.

Lecturas:

  • Isaías 50:4-9
    4 El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos;
    5 el Señor Yahveh me ha abierto el oído. Y yo no me resistí, ni me hice atrás.
    6 Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.
    7 Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.
    8 Cerca está el que me justifica: ¿quién disputará conmigo? Presentémonos juntos: ¿quién es mi demandante? ¡que se llegue a mí!
    9 He aquí que el Señor Yahveh me ayuda: ¿quién me condenará? Pues todos ellos como un vestido se gastarán, la polilla se los comerá.
  • Salmo responsorial

    Salmo 69:8-10, 21-22, 31, 33-34
    8 Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante;
    9 para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre;
    10 pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
    21 El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay, consoladores, y no encuentro ninguno.
    22 Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vinagre.
    31 El nombre de Dios celebraré en un cántico, le ensalzaré con la acción de gracias;
    33 Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!
    34 Porque Yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos.
  • Evangelio

    Mateo 26:14-25
    14 Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
    15 y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de plata.
    16 Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.
    17 El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?»
    18 El les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos."»
    19 Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
    20 Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce.
    21 Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.»
    22 Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?»
    23 El respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará.
    24 El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
    25 Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: «Sí, tú lo has dicho.»
Hoy, la Primera lectura nos recuerda la misión que debe asumir el discípulo de Cristo: decir una palabra de aliento al abatido y sobre todo escuchar al Maestro para hacer lo que El nos dice. Pero cuidado que no vayamos, después de mucho tiempo siguiéndole, a traicionarle como hizo Judas.

martes, 11 de abril de 2017

#114 -Martes Santo.

Lecturas:

  • Isaías 49:1-6
    1 ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.
    2 Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.
    3 Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»
    4 Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?»
    5 Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.
    6 «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 71:1-6, 15, 17
    1 A ti, Yahveh, me acojo, ¡no sea confundido jamás!
    2 ¡Por tu justicia sálvame, libérame! tiende hacia mí tu oído y sálvame!
    3 ¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues mi roca eres tú y mi fortaleza.
    4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso y del violento!
    5 Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi juventud.
    6 En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas de mi madre; ¡en ti sin cesar mi alabanza!
    15 publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación.
    17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas!
  • Evangelio

    Juan 13:21-33, 36-38
    21 Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.»
    22 Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba.
    23 Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús.
    24 Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando.»
    25 El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?»
    26 Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar.» Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote.
    27 Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.»
    28 Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía.
    29 Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres.
    30 En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
    31 Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él.
    32 Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.»
    33 «Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.
    36 Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.»
    37 Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti.»
    38 Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces.»
El Señor, que insufló Su Espíritu en cada uno de nosotros en el momento de nuestra concepción, nos ha llamado, como al profeta Isaías,  para que seamos parte de Su proyecto de salvación. Pero, como a Pedro, tiene a cada uno reservada su hora, la hora de dar testimonio y glorificarlo. 

Si todavía no te has dado cuenta de este llamado, acercate a El en este dia y ponte a Su servicio. No te arrepentiras. 

Hoy, en nuestra Diócesis de Ponce, Puerto Rico, se celebra la Misa Crismal, donde el Obispo junto a sus sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales en presencia del pueblo. Es en esta misa donde se bendicen los oleos o aceites sagrados que se usaran durante todo el año para el bautizo de los catecúmenos, para la confirmación y para la unción de los enfermos. Todo católico debe participar, si puede de esta celebración que le irá adentrando en el misterio de la Pasión de Cristo. 

domingo, 9 de abril de 2017

#111 - 5to viernes y sábado de Cuaresma.

Lecturas:


Viernes:

Salmo 17 – En el peligro invoque al Señor y me escuchó.  

Juan 10, 33-42 - …Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la Palabra  de Dios, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfema porque dice que es hijo de Dios? 

Sábado:
  • Ezequiel 37:21-28
    21 y diles: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo recojo a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon. Los congregaré de todas partes para conducirlos a su suelo.
    22 Haré de ellos una sola nación en esta tierra, en los montes de Israel, y un solo rey será el rey de todos ellos; no volverán a formar dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos.
    23 No se contaminarán más con sus basuras, con sus monstruos y con todos sus crímenes. Los salvaré de las infidelidades por las que pecaron, los purificaré, y serán mi pueblo y yo seré su Dios.
    24 Mi siervo David reinará sobre ellos, y será para todos ellos el único pastor; obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica.
    25 Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, para siempre, y mi siervo David será su príncipe eternamente.
    26 Concluiré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre.
    27 Mi morada estará junto a ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
    28 Y sabrán las naciones que yo soy Yahveh, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre.
  • Salmo responsorial

    Jeremías 31:10-13
    10 Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato.»
    11 Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte.
    12 Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de Yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y será su alma como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos.
    13 Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en recocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza;
  • Evangelio

    Juan 11:45-56
    45 Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.
    46 Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
    47 Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales.
    48 Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.»
    49 Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada,
    50 ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.»
    51 Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación
    52 - y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
    53 Desde este día, decidieron darle muerte.
    54 Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudada llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos.
    55 Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse.
    56 Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?»

jueves, 6 de abril de 2017

#110 - Quinto miércoles de Cuaresma.

Lecturas:

Daniel 14-20.91-92.95 – Nabucodonosor entonces dijo: “Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y 
Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en el, desobedecieron el 
decreto real y prefirieron arrostrar el fuego antes que venerar y adorar otros dioses que el suyo.
Juan 8, 31-42 –…dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:”Si se mantienen en mi palabra serán de verdad discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad les hará libres” .



Jueves de la Quinta Semana

Salmo 104 – El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Juan 8, 51-59 – En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos:”Les aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre”.

martes, 4 de abril de 2017

#108 - Quinto martes de Cuaresma.

Lecturas:

Salmo 101 – Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Juan  8, 21-30 –…”Cuando levanten al Hijo del Hombre sabrán que yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. 

El Señor nos invita nuevamente a pedirle con fuerzas lo que necesitamos para ser mejores cristianos. Pero también nos muestra la clave del camino a seguir: cargar con la cruz. Así, unidos a su pasión podremos gozar también de su resurrección y estaremos cumpliendo, como el lo hizo con la voluntad del Padre.   

lunes, 3 de abril de 2017

#107 - Quinto lunes de Cuaresma.

Lecturas:

Salmo 22 – Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo.


Juan 8, 1-11 – (La mujer adúltera) … “Tampoco yo te condeno. Anda y en adelante no peques más”. 

El Señor es nuestro Pastor. un pastor que nos conduce siempre hacia  pastos verdes y fuentes de agua viva. Y en ese caminar junto a nosotros no nos juzga como nos juzga a veces el mundo. Sabe lo que hay bien profundo en nuestro interior y las cicatrices que nos hacen actuar con actuamos. Por eso entiende nuestro comportamiento pecaminoso y nos ofrece siempre su perdón. Solo esperas que creamos en El y, una vez perdonados, comencemos una vida nueva . Como lo hizo con la mujer adúltera.  

                               Propongámonos hoy no juzgar a nadie, mucho menos sin conocer su historia humana. Ni a las prostitutas o promiscuos, ni a las adúlteras o adúlteros,ni a las que abortan, ni a los drogadictos o deambulantes. Antes, pidamos que el Señor les toque para que se salven. Ellos son los preferidos del Señor. 

domingo, 2 de abril de 2017

#105 - Quinto Domingo de Cuaresma.

Lecturas:

  • Ezequiel 37:12-14
    12 Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel.
    13 Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío.
    14 Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh.»
  • Salmo responsorial
Salmo 130:1-8
1 Canción de las subidas. Desde lo más profundos grito a ti, Yahveh:
2 ¡Señor, escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas!
3 Si en cuenta tomas las culpas, oh Yahveh, ¿quién, Señor, resistirá?
4 Mas el perdón se halla junto a ti, para que seas temido.
5 Yo espero en Yahveh, mi alma espera en su palabra;
6 mi alma aguarda al Señor más que los centinelas la aurora; mas que los centinelas la aurora,
7 aguarde Israel a Yahveh. Porque con Yahveh está el amor, junto a él abundancia de rescate;
8 él rescatará a Israel de todas sus culpas.
  • Segunda lectura
Romanos 8:8-11
8 así, los que están en la carne, no pueden agradar a Dios.
9 Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece;
10 mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia.
11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros.
  • Evangelio

Juan 11:1-45
1 Había un cierto enfermo, Lázaro, de Betania, pueblo de María y de su hermana Marta.
2 María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos; su hermano Lázaro era el enfermo.
3 Las hermanas enviaron a decir a Jesús: «Señor, aquel a quien tú quieres, está enfermo.»
4 Al oírlo Jesús, dijo: «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»
5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
6 Cuando se enteró de que estaba enfermo, permaneció dos días más en el lugar donde se encontraba.
7 Al cabo de ellos, dice a sus discípulos: «Volvamos de nuevo a Judea.»
8 Le dicen los discípulos: «Rabbí, con que hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y vuelves allí?»
9 Jesús respondió: «¿No son doce las horas del día? Si uno anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
10 pero si uno anda de noche, tropieza, porque no está la luz en él.»
11 Dijo esto y añadió: «Nuestro amigo Lázaro duerme; pero voy a despertarle.»
12 Le dijeron sus discípulos: «Señor, si duerme, se curará.»
13 Jesús lo había dicho de su muerte, pero ellos creyeron que hablaba del descanso del sueño.
14 Entonces Jesús les dijo abiertamente: «Lázaro ha muerto,
15 y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis. Pero vayamos donde él.»
16 Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros a morir con él.»
17 Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.
18 Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios,
19 y muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por su hermano.
20 Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía en casa.
21 Dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.
22 Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
23 Le dice Jesús: «Tu hermano resucitará.»
24 Le respondió Marta: «Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día.»
25 Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»
27 Le dice ella: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo.»
28 Dicho esto, fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: «El Maestro está ahí y te llama.»
29 Ella, en cuanto lo oyó, se levantó rapidamente, y se fue donde él.
30 Jesús todavía no había llegado al pueblo; sino que seguía en el lugar donde Marta lo había encontrado.
31 Los judíos que estaban con María en casa consolándola, al ver que se levantaba rápidamente y salía, la siguieron pensando que iba al sepulcro para llorar allí.
32 Cuando María llegó donde estaba Jesús, al verle, cayó a sus pies y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.»
33 Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó
34 y dijo: «¿Dónde lo habéis puesto?» Le responden: «Señor, ven y lo verás.»
35 Jesús se echó a llorar.
36 Los judíos entonces decían: «Mirad cómo le quería.»
37 Pero algunos de ellos dijeron: «Este, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?»
38 Entonces Jesús se conmovió de nuevo en su interior y fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta encima una piedra.
39 Dice Jesús: «Quitad la piedra.» Le responde Marta, la hermana del muerto: «Señor, ya huele; es el cuarto día.»
40 Le dice Jesús: «¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?»
41 Quitaron, pues, la piedra. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: «Padre, te doy gracias por haberme escuchado.
42 Ya sabía yo que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho por estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado.»
43 Dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!»
44 Y salió el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en un sudario. Jesús les dice: «Desatadlo y dejadle andar.»
45 Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.

Hoy, la Diócesis de Ponce, Puerto Rico, nos ha puesto como signos de su Misión Cuaresmal un lazo de tela y una losa. Ambos van explicando el Evangelio del dia cuando Cristo manda a quitar la losa del sepulcro de Lázaro y pide que lo desaten. De esta misma manera, tenemos cada uno de nosotros que ser liberados de la muerte del sepulcro del pecado al ser desatados por  nuestra fe en Cristo.
#104 - Cuarto sábado de Cuaresma.

Lecturas:

  • Jeremías 11:18-20
    18 Yahveh me lo hizo saber, y me enteré de ello. Entonces me descubriste, Yahveh, sus maquinaciones.
    19 Y yo que estaba como cordero manso llevado al matadero, sin saber que contra mí tramaban maquinaciones: «Destruyamos el árbol en su vigor; borrémoslo de la tierra de los vivos, y su nombre no vuelva a mentarse.»
    20 ¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he manifestado mi causa.
  • Salmo responsorial

    Salmo 7:2-3, 9-12
    2 Yahveh, Dios mío, a ti me acojo, sálvame de todos mis perseguidores, líbrame;
    3 ¡que no arrebate como un león mi vida el que desgarra, sin que nadie libre!
    9 (Yahveh, juez de los pueblos.) Júzgame, Yahveh, conforme a mi justicia y según mi inocencia.
    10 Haz que cese la maldad de los impíos, y afianza al justo, tú que escrutas corazones y entrañas, oh Dios justo.
    11 Dios, el escudo que me cubre, el salvador de los de recto corazón;
    12 Dios, el juez justo, tardo a la cólera, pero Dios amenazante en todo tiempo
  • Evangelio

    Juan 7:40-53
    40 Muchos entre la gente, que le habían oído estas palabras, decían: «Este es verdaderamente el profeta.»
    41 Otros decían: «Este es el Cristo.» Pero otros replicaban: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo?
    42 ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?»
    43 Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de él.
    44 Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano.
    45 Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos. Estos les dijeron: «¿Por qué no le habéis traído?»
    46 Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre.»
    47 Los fariseos les respondieron: «¿Vosotros también os habéis dejado embaucar?
    48 ¿Acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo?
    49 Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos.»
    50 Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido anteriormente donde Jesús:
    51 «¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace?»
    52 Ellos le respondieron: «¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta.»
    53 Y se volvieron cada uno a su casa.
Así  como nos presenta el profeta Jeremías el acecho a muerte contrel, figura de lo que iba a ocurrirle a Cristo, así fueron perseguida la Iglesia en el Japón como lo vemos en la película "Silencio" ("Silence"). Pero el aparente silencio de Dios ante el martirio de sus sacerdotes y conversos,"silencio"  de siglos, fue el tiempo callado durante el cual la semilla permanece bajo tierra antes de germinar. Hoy sabemos que el cristianismo esta vivo en Japón , China y otras tierras de misión en donde la sangre de los mártires ha dado los frutos esperados. Este "silencio" de Dios grita con fuerza que Cristo sigue vivo en su pueblo.