lunes, 30 de octubre de 2017

#285 - Nuestros apegos

Lucas 9, 57-62 nos presenta algunas de las excusas o condiciones que ponemos para poder seguir o no al Señor.
En definitiva “hay que dejar familia, bienes, tradiciones, apegos afectivos, posiciones sociales, carreras exitosas. Es necesario ser absolutamente libre para asumir la propuesta del Reino de Dios… ¿Cuáles son tus apegos para no seguir a Jesús fielmente?”
Cita de la Agenda Bíblica 2017

#284- El Senor no nos abandona

Aunque nuestros “delitos sobrepasan nuestra cabeza y nuestra culpa llega hasta el cielo”… nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud”. (Esdras 9, 5-9)

#283 - Maria, primera discípula

Cuando en Lucas 8, 19-21 avisan a Jesús que su madre quiere verle, el aprovecha el momento para  nombrar madre y hermanos suyos a todos los que escuchan su palabra y la cumplen.
Y es que María supo escuchar profundamente la voz del Espíritu Santo  y de esta manera hacer que se cumpliera en ella plenamente.
Hagamos pues lo que Él nos dice.

#282 - Luz del mundo

Así como Jesús es la Luz del mundo, “nosotros, creyentes en la “luz que viene de lo alto la luz de la verdad ” somos antorchas, pabilos, pequeñas luces en medio de la oscuridad de la injusticia y la violencia que pretende ocultar y de la paz”.

Cita de la Agenda Bíblica 2017

#281 - El actuar de Dios

¿Cómo así que los que trabajan mucho y los que trabajan poco reciben la misma cantidad de dinero? (Parábola de los jornaleros – Mateo 20, 1-16)
Porque se trata de la gratuidad del actuar de Dios. Él tiene para todos el mismo premio: Su Vida Divina, que es plena e indivisible y se da totalmente a todos los que en El crean.

#280 - mi vida es Cristo

Pablo en Filipenses 1, 20-24.27 nos dice: “estoy completamente seguro que ahora como siempre, viva o muera, Cristo será engrandecido en mi persona. Porque para mí la vida es Cristo y morir una ganancia”.

#279 - La Iglesia de los excluidos

Hoy, 21 de septiembre, en la Fiesta de San Mateo, se nos recuerda que la iglesia no es el pueblo de las personas virtuosas e impecables sino de los enfermos, los excluidos y los pecadores. No puede haber Iglesia donde no se practica la misericordia. Ante Dios valen más los gestos concretos de misericordia que un culto vacío.