Hoy comienzo mi navegar por este espacio cibernético, aunque vengo de un viaje que comenzó en
El Origen de todo. Después de haber recorrido millones de años-luz y de haber evolucionado mis antepasados hace unos 10 millones de años para transformarse en lo que hoy soy yo: un homo sapiens sapiens, voy en camino de regreso a convertirme de nuevo en los elementos básicos de mi cuerpo. Y es que mi cuerpo al morir volverá a ser polvo: básicamente carbono; pues el agua y el nitrógeno y demás elementos que lo formaron y le dieron vida humana se mezclaran con el aire. Más la
Energía que los unió y los formó en un ser vivo, superior a todos los seres terrestres, permanecerá para siempre pues ha esta no se le conoce ni
Principio ni
Fin. Solo lo heredado de mis antepasados continuará presente en mi descendencia mediante el código genético que se transmite de generación en generación. Esa
Energía trascendente a la cual llamamos alma volverá a tener un cuerpo, que será eterno, porque será incorruptible. Esta
Palabra de Vida Eterna la pronunció el mismo por quien todo fue hecho, el
Verbo que se hizo
Hombre para unirnos a
Lo Eterno, Al Absoluto,
Al Misterio.
O dicho poéticamente:
I.
Origen
Porque fuimos idea Del pan del cielo un día
que luego tomó cuerpo. recibí mi alimento
y mi alma de santo
Pensamiento y conciencia de Jesús se llenó.
que luego fue palabra.
Y
entre graves y leves
Del Cosmos infinito comencé este camino
y de sus elementos que
entre leves y graves
fuimos luego materia todavía
camino.
que formó nuestra raza.
Y vivo
consagrado
Esa fuente primaria a una mujer y a Dios
de donde surgió todo bajo el techo sagrado
fue buscándola el hombre. de mi Iglesia y mi hogar.
La religión cuajaba.
En esta última etapa
Y surgieron profetas de esta vida dichosa
y también escogidos me interpela el Señor
que por todo el planeta a vivir
en Su Espíritu.
a su Dios adoraron.
Porque con Él nacimos
Cuando en vientre materno dejaremos el cuerpo.
entonces fui engendrado
un nuevo ser humano Porque a Él retornamos
al mundo había llegado. es que me siento
vivo.
Sabiendo que aquel niño
era un hijo de Dios
(21 marzo 2016)
en agua bautismal
mi madre me inscribió.