Jesucristo
fue sepultado
CIC
624-637
En la ciudad de Nazaret se establece
en 1855 la Casa Convento de los Hermanos de Nazaret. Estos fueron invitados por
el Patriarca de Jerusalén después que se restablece esta sede en manos
cristianas. Aquí se encuentra la Tumba del justo (algunos dicen que es la tumba
de San José), que es la tumba mejor conservada del tiempo de Herodes.
Jesús muere realmente como nos dice
Hebreos 2,9. Y el sábado, antes de resucitar, entra en el reposo sabático. Desciende
a los infiernos (el mundo de los muertos) y en el sepulcro vence a la muerte. Allí
estuvo con los muertos para resucitar con Él a los justos. Los judíos
llamaban sheol o hades al infierno, lugar en donde los que murieron antes de
Cristo estaban (seno de Abraham), privados de la visión de Dios. Los judíos
pensaban que el alma se separaba del cuerpo al tercer día y los evangelistas
siguen este concepto cuando nos narran la resurrección de Jesús. En el caso de Jesús
la divinidad (Dios – Hijo) no impidió a la muerte la separación del cuerpo del
alma, pero los reunió de nuevo, uno con otro, por medio de la Resurrección.
Ya resucitado, entra Jesús en la
impasibilidad, ya no sufre. Y entra en la inmortalidad. Fue preservado de la corrupción. Su vestidura
blanca, que nos recuerda el bautismo, ahora es símbolo de la resurrección.