La Iglesia
es la “comunión de los santos”
(CIC
946-975)
Todos los bautizados somos santos por haber
recibido la vida de Cristo. Esta comunión con Cristo nos hace estar en estado
de gracia. Tenemos una comunión espiritual por la fe y con el Papa. Esta unidad
nos llevaba a tener todo en común: los bienes espirituales y materiales.
La comunión en la fe con Cristo se
manifiesta en la oración, la enseñanza de los apóstoles y la fracción del pan;
en los sacramentos; en los carismas que da el Espíritu Santo, en saber
administrar los bienes para el bien de todos, en la caridad, en la intercesión
de unos por otros.
Solo se condena el que muere en
enemistad con Dios. Las almas del Purgatorio no están condenadas. Esperan el
momento de entrar en la presencia de Dios como los están ya los santos de la
Iglesia Triunfante. Mientras la Iglesia peregrina ora por ellos.