Lectura orante de la Biblia
Carlos Mesters y equipo Bíblico CRB
1998
Guía 2 –
Reconstruyendo la Alianza (1 Reyes 19, 1-18)
Hay una contradicción entre la respuesta y la realidad,
entre las palabras de Elías y su práctica. Según su respuesta, él es el único
que ha quedado para luchar y resistir; en realidad hay otros muchos: Abdías,
los cien profetas y siete mil más…Elías está lleno de celo por la causa de Yavé
y es capaz incluso de enfrentarse a quien sea por defenderla, cuando, en
realidad, huye por miedo a morir ante las amenazas de Jezabel, pensando solo en
salvar su propia vida…Solo piensa en comer y dormir. Ha perdido el sentido de
la vida y del luchar y quiere morir…es un hombre que busca a Dios, pero en la
práctica, su búsqueda no puede conducirlo a un encuentro verdadero con Dios,
pues se orienta a partir de criterios superados (tempestad, rayo, terremoto)
que ya no revelan a Dios.
La respuesta está escondida en la historia de la Brisa
Suave...en aquel instante, “se cubrió el rostro con el manto”, señal de que volvió a encontrarse con la
presencia de Dios…Esto no significa que la presencia de Dios deba ser asociada
a la tranquilidad, la suavidad, el silencio, sino que se hace presente de modo
insospechado. Donde menos se lo espera, ahí aparece. Quien piensa estar seguro,
ser capaz de controlar los signos de la presencia de Dios en la vida y en la
historia, está equivocado y no sabe leer ni interpretar los acontecimientos.
La Brisa Suave indica algo que, de
repente, hace enmudecer; produce silencio, hace que la persona se calle, quede
inmóvil, provocando en ella un vacío. Por consiguiente, dispone para la escucha
y la expectativa…obligó al profeta a hacer una conversión radical,, y lo
condujo a tener una nueva visión de las cosas. La Brisa Suave pueden ser
hechos, acontecimientos, cosas, personas, que, súbitamente, entran en la vida y
provocan un silencio, echan por tierra una situación establecida y abren un vacío.
Elías hizo la experiencia de Dios…En ese momento se curaron
sus ojos y recuperó la visión correcta.
1. Elías
se da cuenta de que Dios es libre…no se siente obligado a obedecer los
criterios que la Tradición ha establecido para que el pueblo pueda reconocer y
controlar su presencia…Esta libertad de Dios es la raíz de nuestra libertad y
de nuestra liberación. Dios no puede ser utilizado por nadie.
2. Elías
se da cuenta de que Dios no depende de su defensa. A pesar de los altares
destruidos, de la Alianza rota, de los profetas asesinados, la causa de Dios no
estaba perdida…No es Elías el que defienda a Dios, sino más bien es Dios el que
acoge,, sustenta y defiende al pobre…
3. Elías
se da cuenta de la total gratuidad de Dios…Dios se hizo presente…, no por los méritos
de Elías…Elías hizo la experiencia de la presencia liberadora y restauradora de
Dios en el momento exacto en que hacia experiencia de su propia nada y de su
carencia absoluta de cualquier título de gloria. ¡Dejó a Dios ser Dios!
4. Este redescubrir a Dios, al mismo Dios de siempre…abre un horizonte nuevo y devuelve a Elías la libertad de acción, la victoria sobre el miedo, la seguridad en sí mismo, las ganas de seguir luchando por la causa de Dios…Y le da…la conciencia de no ser el dueño de la lucha, ni el único defensor de la causa de Dios…encontró…un nuevo criterio para releer y entender todo el significado del Éxodo.