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martes, 15 de marzo de 2022

#1481 - Iglesia sinodal 30

 La III Conferencia del episcopado Latinoamericano, reunida en Puebla, Méjico, en 1979 en su Tercera Parte nos habla de “Evangelización en la Iglesia de América Latina Comunión y Participación”.

El llamado del Papa Francisco a la sinodalidad retoma estas conclusiones de Puebla. Veamos un resumen de esta Parte 

Iluminación teológico-pastoral (Cont.)

(531) El Obispo como miembro del Colegio Episcopal presidido por el Papa, es sucesor de los apóstoles y – por su participación plena del sacerdocio de Cristo – es signo visible y eficaz del mismo Cristo, de quien hace las veces como Maestro, Pastor y Pontífice (Lumen Gentium 21). Esta triple e inseparable función esta al servicio de la unidad de su Iglesia particular…

(532) El Obispo es maestro de la verdad (S.S. Juan Pablo II, disc. inag. en Puebla) … es el primer evangelizador, el primer catequista… Medita religiosamente la Palabra, se actualiza doctrinalmente, predica personalmente al pueblo; vela porque su comunidad avance continuamente en el conocimiento y practica de la Palabra de Dios. Alentando y guiando a todos los que ensenan en la Iglesia (a fin de evitar ‘magisterios paralelos’ de personas o grupos), y promoviendo la colaboración de los teólogos que ejercitan su carisma especifico dentro de la Iglesia… a fin de poder discernir la Verdad y mantiene una actitud de diálogo con ellos. Todo esto en comunión jerarquía con el Papa y con sus hermanos obispos, especialmente los de su propia Conferencia Episcopal.

(533) El Obispo es signo y constructor de la unidad (Juan Pablo II en Puebla) … promueve la misión de toda la comunidad diocesana; fomenta la participación y la corresponsabilidad a diferentes niveles; infunde confianza en sus colaboradores (especialmente los presbíteros para los cuales debe ser, padre, hermano y amigo (Lumen Gentium 28); crea en la diócesis un clima tal de comunión eclesial orgánica y espiritual que permita a todos los religiosos y religiosas vivir su pertenencia peculiar a la familia diocesana; discierne y valora la multiplicidad y variedad de los carismas derramados en los miembros de su Iglesia, de modo que concurran eficazmente integrados al crecimiento y vitalidad de la misma, esta presente en las principales circunstancias de la vida de su Iglesia particular.

(534) El Obispo es pontífice y santificador. Ejerce personalmente su función de presidente y promotor de la liturgia; apoyado en su propio testimonio promueve la santidad de todos los fieles como primer medio de evangelización; busca en la gracia propia del sacramento del orden el fundamento para su constante cultivo de la vida espiritual que, en el amor personal a Cristo, impulse su amor a la Iglesia y la entrega al pastoreo generoso de sus ovejas; se ocupa de la vida espiritual de sus presbíteros y religiosos; y hace de su vida gozosa, austera, sencilla  y lo mas cercana posible de su pueblo, un testimonio de Cristo Pastor y un medio de diálogo con todos los hombres.