Por una Iglesia Sinodal
Comunión, participación y misión
DOCUMENTO PREPARATORIO (Cont.)
11.
En el primer milenio “caminar juntos”, es decir,
practicar la sinodalidad, fue el modo de proceder habitual de la Iglesia
entendida como “un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo”. A quienes dividían el cuerpo eclesial, los Padres de la
iglesia opusieron la comunión de las Iglesias extendidas por todo el mundo… es
decir, como el acuerdo en la fe de todos los Bautizados. Aquí hecha sus raíces
el amplio desarrollo de una praxis sinodal a todos los niveles de la Iglesia-
local, provincial, universal -, que ha encontrado en el Concilio ecuménico su
manifestación mas alta. Es en este horizonte eclesial, inspirado en el
principio de la participación de todos en la vida eclesial, donde San Juan Crisóstomo
podrá decir: “Iglesia y Sínodo son sinónimos”. También en el segundo milenio,
cuando la Iglesia ha subrayado más la función jerárquica… los papas han querido
consultar a los obispos para conocer la fe de toda la Iglesia, recurriendo a la
autoridad del Sensus Fidei de todo el Pueblo de Dios, que es «infalible”
in credendo”»
(EG, n. 119).
¿Sientes la unidad de todas
las Diócesis de Puerto Rico en este proyecto de sinodalidad?