Reflexiones de un laico 12
Ayer Domingo de Ramos, mientras batíamos ramas para reconocer al Cristo humilde y pobre que entraba en Jerusalén y en nuestros corazones, escuchábamos el relato de su pasión donde se proclama como servidor de los que invita a su mesa, y anuncia que ha de morir por todos cumpliendo la voluntad del Padre.
En la cruz se sentirá, como dice el salmo, abandonado, como nos sentimos a veces nosotros. Pero sabemos que igual que El resucitaremos.
Comienza la Semana Santa. Aprovéchenla.
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