Reflexiones de un laico 2
I. ¿Cómo y cuánto me amó mi Padre?
Enviando a Su Hijo Jesucristo, que engendrado en el vientre de María se hizo hombre como yo, murió en sacrificio expiatorio por mis pecados, pero resucitó para liberarme de la muerte y darme la vida eterna.
Siempre que me acerco a Él con un corazón contrito reconociendo mi pecado, soy santificado. (Han sido lavados […] han sido santificados […] han sido justificados en el Nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu Santo de nuestro Dios. (1Co, 6,11).(CIC 1425)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario