Reflexiones de un laico 28
Proverbios 8
12 »Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción.
13 Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
14 Míos son el consejo y el buen juicio; míos son el entendimiento y el poder.
15 Por mí reinan los reyes y promulgan leyes justas los gobernantes.
16 Por mí gobiernan los príncipes y los nobles, todos los jueces de la tierra.
17 A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer.
18 Conmigo están las riquezas y la honra,
los bienes duraderos y la justicia.
19 Mi fruto es mejor que el oro fino;
mi cosecha sobrepasa a la plata refinada.
20 Voy por el camino de la rectitud, por los senderos de la justicia,
21 enriqueciendo a los que me aman
y acrecentando sus tesoros.
22 »El Señor me dio la vida[a] como primicia de sus obras,[b] mucho antes de sus obras de antaño.
23 Fui establecida desde la eternidad,
desde antes de que existiera el mundo.
24 No existían los grandes mares cuando yo nací;
no había entonces manantiales de abundantes aguas.
25 Nací antes de que se cimentaran las montañas,
antes de que fueran formadas las colinas,
26 antes de que él creara la tierra y sus paisajes y el polvo primordial con que hizo el mundo.
27 Cuando Dios cimentó la bóveda celeste y trazó el horizonte sobre el abismo, allí estaba yo presente.
28 Cuando estableció las nubes en los cielos y reforzó las fuentes del abismo;
29 cuando señaló los límites del mar,
para que las aguas no desobedecieran su orden;
cuando estableció los cimientos de la tierra,
30 allí estaba yo a su lado, afirmando su obra. Día tras día me llenaba yo de alegría,
siempre disfrutaba de estar en su presencia;
31 me regocijaba en el mundo que él creó;
¡en el género humano me deleitaba!
Feliz sábado