Ayer celebró nuestra Iglesia la entrada de Jesús en Jerusalén. El signo son las ramas de palma que nos recuerda que Cristo es nuestro Rey, así como lo recibieron los habitantes y peregrinos de Jerusalén. Por eso las ramas deben ocupar un lugar especial en nuestro hogar. Pongamoslas en nuestro altar familiar para que nos acompañen todo el año.
En el inicio de la próxima Cuaresma, llevemoslas a la iglesia para que sean convertidas en las cenizas del Miércoles de Ceniza.
Hoy, también nos recuerda la Iglesia Católica toda la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Salvador al leerse en todas las celebraciones eucarísticas la lectura de la Pasión este año, por ser el ciclo A, toca leerla del evangelio de Mateo.
Prepárate desde hoy para vivir esta Semana Santa y demuéstrale al mundo pagano y a algunos cristianos que esta debe ser la prioridad. Aunque tengas que trabajar, saca tu ratito para el Señor. En la Vigilia Pascual El te llenara de nueva vida y nuevo animo.
Lunes Santo.
Lecturas:
- Isaías 42:1-7
1 He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones.
2 No vociferará ni alzará el tono, y no hará oír en la calle su voz.
3 Caña quebrada no partirá, y mecha mortecina no apagará. Lealmente hará justicia;
4 no desmayará ni se quebrará hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucción atenderán las islas.
5 Así dice el Dios Yahveh, el que crea los cielos y los extiende, el que hace firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan.
6 Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes,
7 para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas. Salmo responsorial
Salmo 27:1-3, 13-14
1 Yahveh es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Yahveh, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar?
2 Cuando se acercan contra mí los malhechores a devorar mi carne, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropiezan y sucumben.
3 Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme; aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en ella.
13 ¡Ay, si estuviera seguro de ver la bondad de Yahveh en la tierra de los vivos!
14 Espera en Yahveh, ten valor y firme corazón, espera en Yahveh.Evangelio
Juan 12:1-11
1 Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.
2 Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
3 Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.
4 Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar:
5 «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?»
6 Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella.
7 Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura.
8 Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.»
9 Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.
10 Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro,
11 porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.
Los versículos subrayados nos muestran las cualidades que habría de tener el Mesías prometido: suave y dulce en el trato a los demás; tierno para con los más débiles; luz de las naciones; compasivo y misericordioso con los necesitados. Porque, como el mismo lo expresara en el Evangelio, a los pobres los tendremos siempre con nosotros.
Y es que, sólo transformando nuestro corazón a semejanza del de Cristo, podremos acabar con las injusticias humanas y la marginación de los mas pobres. Maria reconoció en Cristo al Salvador. Nosotros estamos llamados hoy a reconocerlo en el prójimo. pero para ello tenemos que conformarnos en otros cristos. dejar que sea El quien nos ilumine y guie. No hay otra. Aunque nos cueste, como le costo a El, la vida.
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